
Yo me considero uno de los privilegiados para comprender los comportamientos y manifestaciones que la JMJ nos ha brindado durante toda la semana. Pero desde hace muchos años que me he reconciliado con el humanismo más racional, me siento incapaz de poner texto a estas imágenes tan elocuentes en sí mismas. A pesar de las reprimendas del Papa despreciando como perverso toda manifestación sexual, que no vaya encaminada a traer hijos al mundo, la puesta en escena de Cuatro Vientos, quizás por el calor, ha estado llena de sensualidad, de éxtasis y hasta el erotismo del poder se ha hecho presente.
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