Por Isidoro Gracia
Exdiputado
El 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas, y
algunas propuestas del debate de la moción de censura al gobierno de Rajoy, han
reabierto la posibilidad, o necesidad, de una reforma constitucional.
La reformas apuntadas no tratan de temas menores, afectan a
partes del texto que en 1978 se protegieron mediante procedimientos complejos,
que exigen amplios acuerdos, muy amplios acuerdos, puntuales y generales.
Empecemos por analizar el camino más fácil, comenzar a
tramitar la iniciativa exige el voto favorable de 174 senadores y 234 diputados
al mismo texto. Texto que continuara siendo un “Proyecto de Reforma”. Después
de unas Elecciones Generales que darán unas nuevas cámaras, estas tendrán que
aprobar con mayorías iguales a sus precedentes, el texto definitivo que se someterá
a ratificación por los ciudadanos, mediante referéndum.
Analicemos con la actual relación de fuerzas parlamentarias
posibles fórmulas viables. Teniendo en cuenta los 134 diputados y 151
senadores, de que dispone el PP, en cualquier fórmula un ingrediente obligado
es esa fuerza política, sin ella no es posible ni siquiera iniciar el proceso
de elaboración del Proyecto de Reforma. En el Senado la única suma posible para
superar el corte es PP + PSOE. En el Congreso tendrían que sumar además al
menos 16 votos adicionales de los que solo pueden disponer o Cs o Unidos
Podemos. Juzgue el lector cuales son las posibilidades reales de arrancar
cualquier otra cosa que sea diferente a una Comisión de estudio, para preparar
papeles cara al futuro.
Olvidemos las reformas de los temas especialmente
protegidos, ¿Se pueden mejorar cualquier aspecto progresista con la actual
relación de fuerzas parlamentarias?
No, por decisión de los votantes las fuerzas conservadoras tienen en su conjunto capacidad de veto e iniciativa en ambas cámaras. Incluso una sola de ellas el PP puede bloquear y vetar en Senado "sine die" cualquier iniciativa, que superara el Congreso.
No, por decisión de los votantes las fuerzas conservadoras tienen en su conjunto capacidad de veto e iniciativa en ambas cámaras. Incluso una sola de ellas el PP puede bloquear y vetar en Senado "sine die" cualquier iniciativa, que superara el Congreso.
¿Qué fuerzas serían necesarias para alcanzar las mayorías
que permitirían llegar a plantear a los ciudadanos un texto?
En el Senado solo es posible con la participación de PP y PSOE, En el Congreso PP + Cs, pueden impedir cualquier propuesta, incluso con una simple abstención. Para que prospere una propuesta de iniciar el proceso también sería necesaria al menos la suma de PSOE+ PP.
En el Senado solo es posible con la participación de PP y PSOE, En el Congreso PP + Cs, pueden impedir cualquier propuesta, incluso con una simple abstención. Para que prospere una propuesta de iniciar el proceso también sería necesaria al menos la suma de PSOE+ PP.
Conclusión: si de verdad se quiere adaptar la Constitución
habrá que contar con el PP. Y el nuevo texto solo será más progresista que el
actual, si el PP está en franca minoría, en la dos elecciones necesarias. Sí,
dos elecciones además del referéndum, una primera en la que perdiera
sustancialmente escaños, en especial en el senado para que fuera posible
iniciar la elaboración del Proyecto, y en caso de reformas de las protegidas
por el artículo 168, que las pérdidas se mantuvieran cuando se convoquen
las elecciones para las Cámaras, que elaboraran el texto definitivo.
Por otra parte, cualquier político que pretenda que la
nueva Constitución, tenga una vida y una aplicación aceptable a medio plazo,
deberá llegar a la conclusión que eso solo será posible si es aceptada incluso
por fuerzas antagónicas y a la baja, mediante el equilibrio y la ambivalencia.
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