El siguiente ensayo es un experimento que trata aspectos, aparentemente, tan divergentes como la Conjura de Campanella, el juicio sumarísimo a Javier Krahe y referencias biográficas de otros herejes.
El objetivo del experimento es estudiar la tolerancia religiosa de la Iglesia como institución, y su hegemonía, mientras se repasan estos hechos históricos.
Al tratarse de un ensayo sobre disidencias, el experimento tiene un tinte disidente, huyendo del academicismo más tradicional y aburrido.
INTRODUCCIÓN
Permítame este experimento que voy a desarrollar, quizás con un tono provocativo, para plantear una serie de aspectos relacionados con la tolerancia y la gestión de los planteamientos disidentes en torno a la ortodoxia católica. Se compararán aspectos aparentemente tan divergentes como alguno de los procesos planteados en la Conjura de Campanella, e incluso el proceso judicial desarrollado contra el cantautor Javier Krahe por «cocinar un Cristo» (sic).
Al hacer un ensayo sobre un modelo disidente, no conviene utilizar los formalismos literarios a los que se acostumbra en el ámbito académico. La disidencia plantea precisamente eso: un modelo que choque con los moldes sociales preexistentes. Creo que es oportuno que un ensayo sobre la disidencia plantee un esquema disidente. Es decir: hay que plantear un modelo rompedor, e incluso —permítaseme la expresión—cachondo, pero, eso sí, sin perder el rigor científico de búsqueda de documentación e investigación que tiene que tener todo ensayo académico.
Así pues, este ensayo intentará, no sé con qué éxito, estudiar las cuestiones anteriormente planteadas, contextualizándolo en el proceso histórico y acercándonos a un posible debate de esta manera más amena, aunque intentando incitar a la reflexión. Quiero centrarme en el aspecto de las disidencias, porque las confesionalidades es algo que está más que explotado. Por eso, y dado que esta asignatura me lo permite, explotaré esa faceta.
Buena parte de la crítica a la religión por parte de la cultura popular se ha desarrollado mediante la teatralización y la burla. Lo grotesco ha estado al pie del cañón en la discusión sobre la preeminencia de la Iglesia Católica en muchos aspectos de nuestra vida. Es una manera de criticar la hegemonía social que aún posee mediante la caricaturización de ciertos aspectos del catolicismo. En otras ocasiones, puede ser al revés: para criticar algunos parámetros sociales se reviste y caricaturiza como algo religiosamente no aceptado.
Con breves pinceladas en algunos retazos concretos, vamos a ir construyendo algunos aspectos de las disidencias al cuerpo doctrinal del catolicismo. Veremos algunos de los casos más dramáticos, o incluso trágicos, por su extravagancia. Esa crítica es la que puede interesar en base al experimento que estoy planteando.
No concibo la Historia sino como un arma para analizar el pasado con una utilidad de presente y para transformar el futuro. Este ensayo toca aspectos más marcados del ámbito estricto del área de Historia moderna, pero hace reflexiones más generalizadas que llegan hasta el año 2013, dada la hegemonía aún dominante que tiene el catolicismo en el seno de nuestras sociedades. En ese sentido, como todo buen ensayo, debería de tener, por muy disidente que pretenda ser, la pregunta que motiva el objeto de investigación. Vayamos a lo pragmático: qué se pretende conseguir con estos modelos de disidencias y su utilidad práctica. Para eso, lo interesante del ensayo experimental es comparar dos épocas históricas con dos modelos distintos de herejes, cuyos contextos Archivo de la Frontera sociales e históricos son diametralmente opuestos, pero que tienen una constante que los conecta: esa hegemonía del catolicismo.
Para obtener el ensayo completo
haced doble clic en:
El ser el editor del magnífico trabajo de Mario, me permite la suficiente distancia objetiva como para considerar que es un ensayo muy acertado y de suma actualidad. Sin duda.
ResponderEliminar