EL LUGAR DE LOS CRÍMENES
Por Pedro Taracena
El Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid ha tenido a bien talar una serie de árboles, concretamente olmos, de más de cincuenta años de vida. Todos ellos estaban situados en las calzadas adoquinadas de
acceso a los diversos bloques de casas; cruzando este para qué donde se encuentra
una cancha de deporte. Estos accesos facilitan la evacuación de enfermos a través de las ambulancias y la
llegada de los coches de bomberos en caso de incendio, así como los coches patrulla de los diferentes Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado. De ninguna manera para el acceso y aparcamiento
de los coches privados. Hace más de veinte años se acondicionaron estas sendas adoquinadas respetando
la arboleda existente, de forma que los vehículos pudieran esquivar sin dificultad la ubicación de los árboles dentro de la calzada de servicio.
Este reportaje es elocuente y habla por sí solo del salvajismo institucionalizado del Ayuntamiento de Madrid. Cada año los madrileños sensibilizados por la naturaleza urbana, nos echamos a temblar en
la época de la poda porque es un crimen repetitivo.
EL ÁLBUM DE LA VERGÜENZA MUNICIPAL
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