Por Isidoro Gracia
Exdiputado
Hace algunos meses publiqué un artículo en el que
analizando distintos sistemas electorales llegaba a una doble conclusión: 1 – Ningún sistema
electoral es perfecto desde el punto de vista democrático y 2 –
Continuará. En esto estamos y la moda es discutir sobre Primarias.
Sin duda debido al shock producido por
los resultados de las Elecciones Europeas, analistas supuestos expertos, políticos en activo,
militantes, simpatizantes y, lo que resulta kafkiano, abstencionistas
declarados, apoyan con entusiasmo primarias, primarias abiertas, primarias
antes que congresos, congresos antes que primarias, y variantes diversas. No
parece haber lugar a un mínimo de argumentos, salvo el de mayor participación de los
ciudadanos para un mayor compromiso de los mismos, el resto parece una cuestión de fe, se cree
en el efecto taumatúrgico de cualquier primaria.
Atención, cierto es que las primarias
pueden servir para mejorar el funcionamiento democrático de Partidos
y Organismos como los Gobiernos, Parlamentos, etc., pero no es menos cierto que
no es una opción libre de riesgos, e incluso peligrosa para la propia Democracia, si
no se efectúan con unas garantías exigentes.
Partidos.- Empecemos por el ámbito de los
Partidos. La virtud a aplaudir es que a mayor participación, de los que
tienen algún compromiso adquirido con el ideario o programa de un partido, mayor
apoyo activo será de esperar. El primer defecto es que el sistema
siempre obliga a debatir, y lo que debería ser virtuoso, a los ojos ajenos
se convierte en combustible de los adversarios que acusaran de división e
inestabilidad. Por cierto algún requisito, mayor que pagar 2 €, será necesario exigir
a los “simpatizantes” para que no se infiltre la competencia. Ninguna empresa
de éxito dejaría decisiones importantes a quien no fuera su socio. Los Congresos han
sido garantía de democracia similares a las primarias, eso sí también con sus
limitaciones
Candidaturas.- Salvo que exista algún registro
oficial que evite dobles, o múltiples, compromisos, un mismo votante
podrá apostar simultáneamente por candidatos de derechas, de
izquierdas, de centro y extremos. Inaceptable para una democracia sana.
Otros ámbitos.- Tomemos un ayuntamiento
de cierta importancia, en el que exista una empresa con un número importante
de trabajadores, cuyo salario depende del humor del empresario, ¿qué impide
que, con una muy modesta inversión, la lista de “simpatizantes” sea
suficientemente importante para colocar como candidato a alcalde alguien próximo al
empresario?
El PSOE tiene unos 200.000 afiliados, si
las primarias son “abiertas”, “completamente abiertas” como algunos reclaman,
con menos de un millón de € se puede casi garantizar candidatos para
cualquier nivel, el único requisito adicional, para conseguirlo, es
tener un colectivo ciudadano cautivo o dependiente sobre el que actuar. ¿Cuántos bancos,
multinacionales y simples inversores, están en condiciones de caer en la
tentación? No es necesario comentar que menor número de
militantes más fácilmente los candidatos de los partidos los pueden poner los que
tienen medios. Si no se toman fuertes precauciones y cautelas, incluso en los ámbitos más amplios los
candidatos a: grandes Ayuntamientos, CCAA, Estados e incluso a la UE, con sus
500 millones de ciudadanos, quedaran al alcance de grupos, lobbies y otros
actores, cuya respetabilidad democrática es mucho más discutible que
la de los “aparatos” de los partidos.
Seguiremos informando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario