Por Pedro Taracena
El más débil saca fuerza de la demagogia, la falacia y el embuste, porque descubre la verdad.
La derecha española con raíces en la dictadura franquista, no ha reconocido los derechos constitucionales, gobiernan con el Real Decreto Ley. La derecha franquista no sabe de la autocrítica, porque la responsabilidad recae en la iniciativa privada. Recaudan para empresas privadas. La derecha minimiza la acción del Estado en favor de la privatización de los servicios públicos, que los ciudadanos compran si pueden. Con la derecha el Estado está vacío de contenido y de responsabilidad, y los servicios privatizados imponen sus condiciones a los ciudadanos. Según la derecha el Gobierno no crea puestos de trabajo, son las empresas las que utilizando el marco legal de ayudas, las que contratan a los trabajadores. El Estado no interviene y son las leyes del mercado las que arbitran la oferta y la demanda. En el sistema capitalista el concepto de pleno empleo es una falacia y como mucho se acepta el eufemismo de desempleo estructural permanente. Los recortes de la extrema derecha liberal y económica son: El paro, la desigualdad, los desahucios, la pobreza, el exilio, la fuga de talentos, el hambre y la muerte… Los beneficiarios son: los bancos, los grandes empresarios, los caciques, los mercados financieros, las grandes fortunas y los obispos. Los que aplauden estas políticas son los medios de comunicación y tertulianos secuaces del poder político-económico. Más económico que político. Para la derecha estas consideraciones son demagogia. Cualquier otra alternativa es engañar al pueblo. El pensamiento único se ha convertido en opción única. Se ha legalizado la injusticia, el crimen, la desigualdad y se ha confundido la democrática mayoría absoluta con el despótico y tirano poder absoluto. El cambio es posible y lo va a ser. Quedan solo unos meses y España asombrará a Europa. Las pretensiones de asombrar al mundo del ministro Montoro se desvanecerán con él…
La derecha española con raíces en la dictadura franquista, no ha reconocido los derechos constitucionales, gobiernan con el Real Decreto Ley. La derecha franquista no sabe de la autocrítica, porque la responsabilidad recae en la iniciativa privada. Recaudan para empresas privadas. La derecha minimiza la acción del Estado en favor de la privatización de los servicios públicos, que los ciudadanos compran si pueden. Con la derecha el Estado está vacío de contenido y de responsabilidad, y los servicios privatizados imponen sus condiciones a los ciudadanos. Según la derecha el Gobierno no crea puestos de trabajo, son las empresas las que utilizando el marco legal de ayudas, las que contratan a los trabajadores. El Estado no interviene y son las leyes del mercado las que arbitran la oferta y la demanda. En el sistema capitalista el concepto de pleno empleo es una falacia y como mucho se acepta el eufemismo de desempleo estructural permanente. Los recortes de la extrema derecha liberal y económica son: El paro, la desigualdad, los desahucios, la pobreza, el exilio, la fuga de talentos, el hambre y la muerte… Los beneficiarios son: los bancos, los grandes empresarios, los caciques, los mercados financieros, las grandes fortunas y los obispos. Los que aplauden estas políticas son los medios de comunicación y tertulianos secuaces del poder político-económico. Más económico que político. Para la derecha estas consideraciones son demagogia. Cualquier otra alternativa es engañar al pueblo. El pensamiento único se ha convertido en opción única. Se ha legalizado la injusticia, el crimen, la desigualdad y se ha confundido la democrática mayoría absoluta con el despótico y tirano poder absoluto. El cambio es posible y lo va a ser. Quedan solo unos meses y España asombrará a Europa. Las pretensiones de asombrar al mundo del ministro Montoro se desvanecerán con él…
Fotos: Pedro Taracena
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