Por Pedro Taracena
EL ÁNGEL CAÍDO
Ricardo Bellver
La sociedad española soporta una tiranía política y
capitalista que la ha despojado del Estado de Bienestar. España está pasando por los
momentos más dramáticos de los últimos 30 años. Salvo el
Gobierno y los secuaces cómplices de sus
políticas criminales: patronal, banqueros, caciques y obispos,
ya nadie se escapa de la evidente exterminación de la clase trabajadora. La clase media, sobre la cual se edificó hasta el mismo franquismo, está llamada a la pobreza, el hambre y el infortunio.
Rajoy al dictado de la Patronal ha puesto en manos de los empresarios
depredadores de puestos de trabajo, un arma para recuperar sin pudor y cinismo,
la esclavitud.
Este estado de cosas ha sido posible, no
por la democrática mayoría absoluta de un gobierno democrático, sino confundiendo de forma perversa, esta mayoría con el absolutismo, que también conoce la monarquía y la derecha españolas. Esta legalidad aparente y ficticia contiene una injusticia
manifiesta. Toda la legislatura del presidente más torpe, terco y parco, que jamás haya conocido España, ha sido
escrita siguiendo los dictados de la Patronal, donde incluyo a caiques,
ladrones y usureros, sin olvidar la nefasta, podrida y perversa Troika europea.
Por si la España del siglo XXI
no tuviera bastante con esta situación, provocada por la ley del más fuerte y la explotación del hombre por el hombre, la corrupción ha penetrado hasta las entrañas de las instituciones del estado y las organizaciones políticas. A tales niveles de abuso y latrocinio, nunca
imaginables.
Apenas nos damos cuenta de que la
ingeniería legal a modo de autoprotección, consigue su cuartada para que los servidores públicos salgan ilesos e indemnes de sus crímenes.
Utilizar otro lenguaje para adormecer o encubrir esta realidad criminal,
solo lo pueden hacer los secuaces y lacayos bien pagados. Los indultos del
Gobierno demuestran cómo todo vale para
indultar a ladrones, torturadores y gente de mal vivir condenados en firme por
la justicia.
¿Quién puede asomarse a la Constitución y ver los crímenes cometidos en su nombre? Los políticos que soportan de una forma u otra el nacionalcatolicismo, bien les
cuadra esta lapidaria frase bíblica. “Guardaos
de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis”. A los políticos españoles se les conoce por su manipulación del espíritu
constitucional. Después de 36 años de vida democrática, ha fosilizado la Constitución Española.
El único Poder del Estado que puede librarnos de la tiranía haciendo justicia
con valentía son los jueces.
El Poder Judicial como tal Poder del Estado no se puede decir que esté
corrompido, al menos en general, porque siempre queda una instancia superior.
Aunque muchos jueces de todos los tribunales incluyendo el Tribunal
Constitucional, obedecen “La vos de su amo”. Porque son herederos de la
doctrina del Caudillo que lo fue por la Gracia de Dios y tampoco les interesa
asomarse a la Constitución e interpretarla
a la luz del siglo XXI.
¿Cuál es el error de muchos de ellos? La cobardía, o dicho de otro modo, la ausencia del valor o el
temor a su defenestración como jueces o
magistrados. Ya hay jueces separados de la judicatura por otros jueces, por
perseguir a ladrones, criminales y genocidas, quedando éstos indemnes. No
obstante, los escándalos de
personajes perversos que durante muchos años habían burlado o
comprado a los jueces, o bien indultados
por el Gobierno de turno, han hecho reaccionar a ciertos jueces que no hay duda
que están obrando en consecuencia, jugándose el puesto y su carrera. Hoy por hoy la
esperanza de luchar contra la tiranía de las leyes del Gobierno, está puesta en los jueces. Y los ciudadanos debemos de denunciar más, denunciar todo atisbo de injusticia. El Fiscal
General del Estado obedece órdenes del
Gobierno. Es legal pero injusto. La sociedad sí entiende de lo que es justo o no, lo declara la propia Constitución: “La justicia emana del pueblo y se imparte por los
jueces en nombre del Rey”.
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