Hilario Pino
Tarde del lunes 21 de julio. Hilario Pino, presentador y editor de Noticias Cuatro 20h, toma una decisión equivocada. Introduce en la escaleta de su informativo unas colas de Soraya Sáenz de Santamaría accediendo, con un careto de espanto, a la sede de ACS en Lima. Vítores y aplausos al otro lado del Atlántico para la doña. “Ladrona”, “corrupta”, “sinvergüenza”... Un baño de multitudes, como de costumbre.
Amigo
Hilario coja usted papel y boli. Regla número uno del periodismo
reciente: hable de sobres salivados en Suiza todo lo que quiera, que eso
no le interesa a nadie, pero no saque en pantalla a una vicepresidenta mal peinada y abucheada, porque se acalora. Soraya, además, es de las que prefiere salir en la portada de El Mundo envuelta
en sedas de araña y luciendo empeine cual sirena de acuario. Tengo
aquella primera página memorable colgada en el salón de mi casa, entre
la foto de mi Primera Comunión y la de la duquesa de Alba casándose por
bulerías. Sin duda, tres días claves en mi vida.
Periodista
El llamado CUARTO PODER, mantiene unos
vicios contraídos desde siempre
y que son consustanciales con su naturaleza y su instinto de supervivencia. La
primera de las perversiones es la ausencia de autocrítica. Apenas corrigen públicamente sus erratas, sus mentiras u omisiones intencionadas. Pero sin llevar a cabo ningún análisis crítico desde el punto de vista periodístico. De esta nefasta práctica se deriva el llamado corporativismo, es decir, que la profesión es un gremio que está por encima de las exigencias de la verdad que piden los ciudadano. Una de sus cualidades más preciadas que siempre pregonan, es la independencia. Pero no precisan
de qué o de quienes son independientes. ¿Del poder político? ¿Del poder económico? ¿Del poder financiero? Es fácil deducir que esa independencia es una falacia. La auténtica
libertad de expresión independiente
se constituye hoy día a través de las
Redes Sociales. La prensa escrita va perdiendo paulatinamente los lectores-clientes
de los kioscos. Los periódicos se financian por los poderes económicos que les interesa tener voceros pagados, a modo de secuaces con o
sin carnet del partido. Para manipular las noticias que les puedan perjudicar. Tenemos
algunos ejemplos: PÚBLICO desapareció del mapa periodístico a través de un boicot de los banqueros. EL PAÍS, sin embargo,
perdió su aparente independencia y progresismo cuando el
grupo PRISA, lejos de suprimir su línea de negocio del mercado de la prostitución, ha caído en manos de un
grupo especulador yanqui. Otro ejemplo está en ANTENA 3, esta cadena se
homologa sin ningún disimulo con el
poder conservador y franquista, cuando su línea editorial la refuerza mostrando la primera página de los diarios, coincidiendo su conservadurismo
en escala contraría a su tirada.
Para ANTENA 3 el nivel de prioridad y de importancia es: LA RAZÓN, ABC, EL MUNDO Y EL PAÍS, exactamente colocados de forma inversa al
número de ejemplares vendidos. La ausencia de lectores
que acuden a los puestos de periódicos, se suple nutriendo las tertulias y los telediarios, utilizando
los periódicos impresos como guión, donde se extractan las noticias según convenga al medio en cuestión. Sería injusto, no
obstante, y además se faltaría a la verdad si se mantuviera la perversa y
tendenciosa idea de que todos son iguales.
Pero son escasos los medios que se atrevan a criticar las políticas emanadas del bipartidismo. Los medios públicos tanto
nacionales como autonómicos, son polea
de transmisión de la ideología imperante. Salvo el periodo donde TVE estuvo bajo
el control del Parlamento y no bajo el Gobierno.
Esta impostura del periodismo homologa a todos los medios con carácter general, incluyendo aquellos tomados por más avanzados, como pueda ser el grupo PRISA. Todos mantienen
un seudoperiodismo donde los
tertulianos vienen a los platós con el carnet
de la ideología en la boca. A la cual
sirven y de la cual cobran. Escasos programas de La Casta se escapan sin estar al servico incondiconal de la oligarquía imperante de origen franquista. También algunos francotiradores como puedan
ser ciertos programas de La Sexta como Salvados, El Intermedio y la Sexta Columna. Las características mantenidas por La Sexta Noche, están muy lejos de presentar un periodismo de calidad y de
verdad, pero esa misma estructura con otro moderador, quizás, el rendimiento y la
eficacia en pro de la información objetiva, sería manifiestamente mejorada. Al Rojo Vivo y El Objetivo son dos espacios llenos de pretensiones. Aunque cada día repitan el eslogan de más periodismo, lo único que logran es homologarse con el periodismo más inquisidor y tendencioso. Todos los profesionales que participan en estas tertulias, que las convierten en auténticos gallineros, lo saben pero siguen el guión estableciodo: Todos contra UNIDOS PODEMOS y vale todo.
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