El Ángel Caído
Por Pedro Taracena Gil
Es urgente
y sería de higiene democrática denunciar las heridas cerradas en falso que lejos
de cicatrizarse, supuran el pus de la hipocresía. Estas heridas provienen del horrendo
crimen cometido por la Transición. Sí, este crimen se cometió cuando en 1977 se
estableció la Ley de la Amnistía, que dejaba impune nada más y nada menos que
el genocidio franquista. Delitos de lesa humanidad cometidos entre el 18 de
julio de 1936 y la fecha de entrada en vigor de la mencionada ley española del
punto final. Antes de que la Constitución Española fuera promulgada.
La
nueva Carta Magna fue escrita al dictado de la Oligarquía que aún perdura. El
Ejército se hizo garante de la indisoluble unidad de la Nación de española,
manteniendo de facto el maridaje Iglesia-Estado, garantizando la permanencia
de la alianza trono-altar y el espíritu del nacionalcatolicismo. Al margen de
los ineludibles y evidentes logros conseguidos
por la nueva situación democrática, es preciso descubrir quiénes y dónde se escondieron
bajo el disfraz de constitucionalistas, los hipócritas del título de este
trabajo.
Estos
farsantes hay que buscarlos entre los ingenieros que lograron crear una
estructura para que los franquistas venidos de la dictadura y los demócratas
que venían del exilio, de las cárceles o de la clandestinidad, establecieran un
consenso no escrito para dejar a un lado al Partido Comunista de España. De
este modo el PCE se conformó con ser legalizando y Suárez introdujo por la
puerta pequeña a la monarquía borbónica, dentro del paquete del referéndum para la Reforma Política. Eludiendo el debate
República Monarquía.
A
partir de este momento el bipartidismo ha ejercido un caudillaje epatando al
Caudillo de España que lo fue por la Gracia de Dios. Algunas líneas maestras garantizaban
el éxito de este perverso caciquismo. Que alternando con el oportunismo
nacionalista han hecho causa común para ir marginando poco a poco al pueblo español. Hubieron de pasar
cuarenta años para ver las consecuencias de una Constitución atrapada en una sarta
de mentiras apuntaladas por embuste muy bien urdidas:
1.
Una ley electoral injusta para beneficiar al
bipartidismo PPSOE.
2.
Había que garantizarse la manipulación del
Fiscal General del Estado convirtiéndole en Fiscal General del Gobierno.
3. Para que el Poder Judicial dependa del Gobierno indirectamente,
se politizó institucionalmente para que los jueces fueran elegidos según cuotas
de representación parlamentaria.
4.
Para protegen la ingeniería financiera de los
delitos de la Oligarquía, hay dos varas de medir, los delitos de los pobres y los
delitos de guante blanco.
5.
Los indultos es la salida de la que dispone el Gobierno
para saldar los compromisos contraídos con
la Oligarquía.
6.
El oligopolio energético comete a diario crímenes
con resultado de muerte, producidos por la pobreza energética. Mientras los
ministros son acogidos con suma hipocresía en el seno de sus consejos de
administración, a través de las vergonzosas puertas giratorias.
7.
La seguridad jurídica solamente tiene que
respetar los derechos de los bancos y cajas, en detrimento de los usuarios,
contribuyentes y desahuciados.
8.
La corrupción no es una casualidad endémica, es
una gangrena sistémica. Los grandes partidos políticos se han convertido en autenticas
tramas criminales. Mafias organizadas en concomitancia y connivencia entre
servidores públicos y empresarios.
9.
“La indisoluble unidad de la Nación española” y
“Las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar la soberanía e independencia
de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”, constituyen el testamento de Franco: ESPAÑA ES UNA GRANDE Y LIBRE.
10. España
es una Nación de Naciones. Un Estado plurinacional. Negar esta realidad es
suicida. Y aplicar el artículo 155 de la Constitución sería una tragedia de
dimensiones indeseables.
Con
este decálogo en vigor España se acerca a una situación de crímenes legales
continuados.
Aquello
que Franco dejo atado y bien atado, hay que desatarlo y destruirlo.
Los
Medios de Comunicación es España está al servicio del poder. Son auténtico impostores
el periodismo.
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