Gabriel Rufián
Desahuciar no ofende.
La corrupción no ofende.
El paro no ofende.
Precarizar no ofende.
El fascismo no ofende.
Manipular no ofende.
El novio de la muerte no ofende.
Robar no ofende.
Tener presos políticos no ofende.
Prevaricar no ofende.
Pitar un himno sí que ofende.[ÚLTIMA HORA] Un grupo juristas internacionales determina que las acciones del Gobierno contra Cataluña son ilegales. (Juristas Europeos)
EL ARTÍCULO 155
ALBERGA LA FUERZA Y LA VIOLENCIA
Por Pedro Taracena
Gil
El artículo 155
de la Constitución Española es sin duda el menos democrático y con mayor
influencia franquista. Los Padres de la Constitución, escribieron este artículo
muy celosos de la unidad indisoluble de España. Pero no estuvieron muy
acertados al introducir un vocablo intrínsecamente violento. No creo que abunde
mucho esta palabra en los articulados constitucionales democráticos de nuestro
entorno. El uso de la fuerza corresponde a situaciones de excepción, donde el
despotismo del Estado impone su tiranía legalmente, encubriendo un crimen.
El Rey y el Triunvirato
formado por el PP, el PSOE y C’s, que le apoya y le adula, son responsables de
aplicar el nefasto 155. La solución del conflicto histórico de Catalunya, es un
dilema político, con soluciones políticas, el tétrico artículo 155 con tintes
de venganza, revancha y crimen, no ha defraudado a aquellos, que lejos de
conseguir la Unidad de España, han logrado una quiebra social sin precedentes.
Dos Españas o más. Dos Catalunyas o más.
El PP ha
utilizado a su Fiscal General que no lo es del Estado, sino del Gobierno de
turno, para achuchar a los jueces
para que apliquen la legalidad de dudosa legitimidad y justicia, del artículo
155. El 1º de octubre de 2017 fue una jornada donde las fuerzas del orden asaltaron
colegios y apalearon a la población civil. Según el Ministerio del Interior
siguiendo las órdenes de los jueces. Y los jueces han asentido. Los
secesionistas están siendo procesados y encarcelados, acusados de delitos de alta traición, de rebelión y de otros crímenes execrables.
Mi conciencia
no de español, que esa es otra quimera porque reniego de ello, me dicta que los
policías cometieron crímenes contra la población civil. En aplicación de la
fuerza y violencia que el articulo 155 ponía en sus manos: porras, pelotas de
goma y botes de humo y sobre todo odio, mucho odio… Estos crímenes son legales
porque se cometen bajo la cobertura de la legalidad vigente. Pero ya estamos
acostumbrados a que el PP y el PSOE, modifiquen el artículo 135 de la
Constitución a gusto de la Europa de los Mercaderes, cometiendo crímenes
legales al dar prioridad a la deuda sobre los derechos de los españoles. Y
Rajoy cuyo gobierno apoya el Triunvirato, ha cometido crímenes de dos
naturalezas: desahucios, muerte de dependientes, muerte prematura por recortes
de sanidad, exilio de científicos y de la juventud, hambre, pobreza,
desigualdad y machismo, mucho machismo. Por otro lado Rajoy es el maestro de
corrupción, lidera un partido corrupto, una organización criminal, en boca de
los jueces.
Todos estos
crímenes son provocados por la oligarquía dominante, tapados por los Medios de
Comunicación, impostores del periodismo. Auténtico NODO del neo franquismo. Invito
a todos los internautas que lean con detenimiento el apartado 1 del artículo
155 de la Constitución Española, haciendo una abstracción al margen de la
interpretación oficial del mismo Rey y el Triunvirato, formado por el Partido
Popular, el Partido socialista obrero Español y Ciudadanos.
Los golpistas del 155 se quedan solos en Europa
EL TRIUNVIRATO DEL REY FELIPE VI
La justicia alemana acaba de desmontar la propaganda del PP y Ciudadanos
y poner en evidencia al Régimen del 78 y su aparato político, mediático
y judicial con la liberación de Puigdemont. En total cuatro jueces en
Alemania, Bélgica y Escocia han dejado en libertad a Puigdemont, Toni
Comín, Meritxell Serret, Lluís Puig y Clara Ponsatí.
No solo los han dejado en libertad sino que además descartan el delito
de rebelión al no haber habido violencia. Por su parte el portavoz del
Ministerio de Justicia suizo, Folco Galli, ha declarado que Hervé
Falciani no servirá de “moneda de cambio” contra Marta Rovira y Anna
Gabriel exiliadas en Suiza y ha añadido que, en todo caso, la
cooperación judicial “está regida sólo por los tratados y la ley" y por
tanto que no ha lugar a chanchullos y cambalaches a la "española".
A todo esto se añade el apoyo de Dinamarca, Portugal, Finlandia y otros países y organizaciones políticas a que España se siente a negociar con Cataluña y deje de actuar como una monarquía bananera.
A todo esto se añade el apoyo de Dinamarca, Portugal, Finlandia y otros países y organizaciones políticas a que España se siente a negociar con Cataluña y deje de actuar como una monarquía bananera.
Es cierto que todavía queda por decidir la extradición por malversación y
corrupción, pero ¿que malversación y que corrupción puede haber en la
financiación de un referéndum que se pagó con donaciones privadas?
Todo esto desmonta la ficción y el relato del juez Llarena sobre la
"violencia" en el procés catalán y empieza a demostrar que los
verdaderos golpistas han sido los del 155. Y cuando digo golpistas
incluyo al PP, a Ciudadanos y al PSOE además de a Coalición Canaria, UPN y Foro.... y lo de Coalición Canaria, herederos fisiológicos e ideológicos del franquismo en Canarias sostenidos por una ley electoral bananera y fraudulenta, no es que me sorprenda precisamente.
El intento de contrarrestar la revolución catalana dando un golpe suave y
gradual, recortando libertades, es el intento de supervivencia de un
régimen corrupto y un modelo de Estado agotado, el de la Transición, o
mejor dicho el del Régimen del 78, una élite franquista y postfranquista
enriquecida ilegítimamente a golpe de BOE, contratos públicos, rescates
y privilegios en el Palco del Bernabeu.
Parece que la tortilla se les está empezando a virar y que los jueces
europeos no están dispuestos a comprometer las libertades y la
independencia judicial de sus sistemas para hacerles el juego a una
banda de mafiosos como la que nos gobierna. Una panda que hiede a
naftalina y rosario. Ahora solo falta que el españolito de a pie,
empiece a darse cuenta de como lo han manipulado y como se han reído de
él a través de la caverna mediática del régimen ...
El rey ha dejado de ser árbitro constitucional para ser títere del franquismo del PP y marioneta de la oligarquía dominante.
¿Qué legitimidad tiene el Estado para encarcelar a los secesionistas catalanes cuando ha dejado impune el genocidio franquista 1936-1975?
Los gatos de Estremera
Un funcionario de prisiones escribe sobre el encarcelamiento de líderes catalanes: “Nada me hizo sospechar que iba a ser usado para resolver de forma ignominiosa un problema que es político”
JOSÉ ÁNGEL HIDALGO
¡Bravo!
Mirad, soy funcionario en la prisión de Estremera. Es la mía una profesión dura, sufrida, y desde hace unos meses lo es mucho más… por culpa de unos gatos. Me gustaría hablaros de los gatos que nos han colado en esta cárcel; pero antes preferiría contextualizar lo que es mi trabajo. Contextualizar siempre viene bien, como los chupitos de licor de hierbas, que ayudan a animar el tránsito de una difícil digestión. Lo creo necesario, contextualizar un poco, pues es éste un gatuperio que a todos se nos puede atragantar.
Diré primero que lo que hace dura de verdad mi profesión es que es anónima, casi furtiva; tanto es así, que todos nuestros actos los sentimos los funcionarios sin lógica o fin, como una desgracia. A veces entre los compañeros lo comentamos: oye, que nunca trasciende como debería cuando descolgamos a un preso aún con vida de una reja, o lo rescatamos medio abrasado de un incendio; tampoco cuando nos meten un pincho en el intersticio de dos costillas, ay, o nos rompen un brazo, nos muerden en el hombro, nos vomitan en nuestras feas camisas.
Oh –comentamos entre nosotros–, fíjate en cambio la que se monta cuando a unos guardias civiles les dan un par de tortas en un bar. ¡Terrorismo! ¡500 euros limpios más de salario al mes, que todo es poco, pues todo se lo merece el benemérito cuerpo! Claro que sí.
A mí se me echó encima un reputado etarra dentro de la cárcel; estaba en mi primer mes de prácticas; me retuvo, arrancó el cable del teléfono y me arrebató el walki con una de sus manotas enormes, como de Handía, ese gigante vasco cuya historia triste y mágica fue premiada en los últimos Goya. En esa palma podría haber reposado holgadamente mi cráneo: y como un huevo entre sus dedazos lo hubiera roto con tan solo cerrarlos. Pero Sebastián solo quería decirme con guipuzcoana vehemencia lo “txakurra” que yo era. Gracias, Sebastián: solo querías humillarme gratis por lo que significa mi trabajo, “so perro, so carcelero”, me informó. Gratis sí, pues ni siquiera habíamos cruzado antes una sola palabra.
Con esta pequeña anécdota, un pequeño secuestro de apenas media hora, pero secuestro al fin, di comienzo a mi nueva carrera profesional; pensé que si Sebastián me hubiera asaltado fuera de los muros de la cárcel a lo mejor hubiera sido hasta noticia; dentro, no. Es algo que me dio para reflexionar sobre la naturaleza de mi nueva ocupación.
Pero sigamos con el contexto.
Policía y Guardia Civil suelen atrapar al malo en unos despliegues llevados a cabo con mucho brillo intelectual… y un pequeño ejército de entre cien a ciento diez agentes. Operativos los llaman, en los que van armados con artillería suficiente como para invadir Polonia. Luego, a cien o ciento diez de los malos que van atrapando a lo largo de los años, los meten dentro de un módulo al frente del cual colocan a un solo funcionario, que igual es flaquito, aunque también los ponen anchos, altos y fuertes, pues su complexión no cuenta a la hora de que se valore lo que de verdad importa, que es su soledad.
Entonces, todo lo que exhalan cada uno de esos cien o ciento diez presos le cae al funcionario todos y cada uno de sus días de encierro sobre el pobre uniforme con que lo visten: sus llantos, sus meados, sus vómitos, su sangre, su malestar constante que va laminando poco a poco sus pequeñas ilusiones de hombre, o mujer, que tan solo quiere volver esa noche a su casa con el cuerpo y el alma sin arañar.
Me detengo un segundo, dejadme, con los uniformes, pues oh, los de la Policía son espectaculares, y lo pintureros que van con los suyos los guardias civiles, marcando talle, bien cortados que están los números, juncales que son. Pues tendríais que ver cómo son los nuestros: parece mentira que se pueda diseñar algo así.
Y para completar la contextualización de esa anónima infelicidad, la mía, la que acarrea mi profesión, que no se me olvide deciros que esta cárcel donde trabajo, la de Estremera, es la que registra mayor número de agresiones a funcionarios de España. Dejadme recordar a este respecto a Woody Allen y su famoso chiste: “¿Seis millones de judíos muertos en las cámaras de gas? ¡Los récords están para batirlos!”.
Aquí va mi oscura versión: ¿Ciento treinta agresiones a funcionarios este último año en Estremera? ¡Los récords están para batirlos! Pues claro que sí, y a pesar de esa gran marca, que sin duda pronto será pulverizada gracias a la dirección del establecimiento, que hostiga y hostiga sin pausa ni sentido, a pesar de todas las miserias y contrariedades dichas, pues van y aún nos humillan más a fondo soltando por el patio de nuestros módulos a un quinteto de gatos extraños de narices, muy raros. Son gatos cariacontecidos, que miran y maúllan con temor desde un lugar que sienten equivocado, que no pertenece a su mundo, y que ya desde el primer día en que aparecieron nos han contagiado, a los que hemos de atenderles, de un desasosiego e inquietud casi patológicos.
Ay, qué quinteto de gatazos. Constituye una visión tremenda ver cómo toman a la mañana su leche, al mediodía comen su plato de carne flatulenta, caminan a la tarde sobre el lomo de los tejados golpeados por el viento de esta primavera convulsa que sacude las hermosas vegas del Tajo; al crepúsculo, si amaina y no llueve, cuando el sol agonizante incendia las cuchillas de las concertinas, se puede ver a Junqueras y Forn jugar al tenis; lo hacen con la extraña agilidad de felinos de alzada y regordetes, y a mí me resulta un suplicio observar cómo estiran el lomo entre elásticos bostezos cuando fallan una bola, más que toda la miseria que os he contado de mi trabajo multiplicada por mil; sí, aún más que cien toneladas de vómitos y sangre juntos, más que todos los orines sobre los que haya resbalado y caído, o palpado en los vericuetos de un retrete en busca de un pincho carcelario.
Y me revuelvo en estas angustias al verles jugar al tenis porque cuando decidí dar el paso de ser funcionario de prisiones sabía perfectamente lo que hacía; de sobra me informé de la miseria a la que me iba a enfrentar; “siempre encontraré un resquicio de luz en semejante tribulación”, pensaba; pero nada me hizo sospechar que iba a ser usado, sí, USADO como funcionario público, para resolver de forma ignominiosa un problema que es tan solo político.
Lo mismo que han usado a la Policía Nacional y a la Guardia Civil: solo que a ellos se lo van a compensar con los 500 euros limpios del ala al mes que decía: ese dinero prometido es para que tengan buena disposición de ánimo, digo yo, por si hay que volver a romper la crisma a los que quieran cometer el pavoroso crimen de votar. A nosotros no nos los van a dar, los 500 euros, y eso que somos esenciales en esa estrategia patibularia del Gobierno: ¡CÁRCEL, CÁRCEL Y CÁRCEL para el que piense torcido!
Por eso quiero que al menos me den esos 500 euros, porque ver a esos gatazos encerrados en Estremera me supone morirme de una vergüenza absoluta; es una vergüenza tal que me hace insoportable acercarme cada día a cumplir con mi turno de trabajo; es la vergüenza democrática de tener que sufrir el espectáculo de cinco hombres atrapados en prisión por “crímenes” políticos.
Esto es así, es lo que sé, es mi convicción, escuchadme, por favor, y despertad, que estáis todos como dormidos, que parecéis atontados: esta vergüenza no es tan solo para mí o para mis compañeros funcionarios, es una vergüenza para todo un país, España, que siempre defrauda, que siempre fracasa, que siempre hiere y hace sangrar con el pico roto de sus históricas disputas.
Ahora les ha tocado a estos gatazos de Cataluña, pero ya sabéis que hay otras especies por ahí en el punto de mira de la escopeta del cazador; y las van abatiendo con una brutalidad que solo puede explicar un odio afilado de clase contra clase: loros raperos, perros chistosos de Mongolia o inteligentes sepias de Arco.
Ya que no se os escapa lo que me juego con estas palabras, os pido que cuando esta vergüenza que se extiende como lámina húmeda, como venda usada de enfermo, un día sintáis que os aprieta al fin el alma, recordad lo que decía este humilde funcionario del Estado que solo reivindica que no lo usen como pañuelo para limpiarle los mocos al Gobierno; y si es así, que al menos le den por ello un pequeño plus de 500 pavos limpios al mes, que es el precio tasado que el ministro del Interior le ha puesto a su alma. Ah, y gracias por leerme.
La opinión de un funcionario de prisiones
EL ÁLBUM DE LA IGNOMINIA
Imposición de la legalidad frente a la legitimidad.
El odio frente a la reconciliación.
La unidad nacional frente a la concordia.
La UNU exige a España que derogue La Ley de Amnistía de 1977
El Rey y el Triunvirato formado por el PP, el PSOE y C's, lejos de conseguir la reconciliación, están consiguiendo sembrar el odio.
El Triunvirato no conoce al pueblo catalán y la humillación a la cual le están sometiendo, es de consecuencias imprevisibles.
Los Medios de Comunicación, es decir, los impostores del
periodismo, están sembrado con maliciosa ignorancia odio por doquier.
¡Bravo! Por el magistral artículo de José Ángel Hidalgo. Con mucho gusto he albergado tu escrito en mi Blog CUARTO PODER. Será relanzado en Facebook y en Twitter.
ResponderEliminarSalud y República, compañero.