LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD

 22 de marzo de 2014

Por Pedro Taracena

Mensaje a Rajoy. El Escondido:

¿Has oído hablar a tus voceros o boceras de LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD? Quizás te tenga que formular la pregunta de otra manera ¿Tienes idea de lo que es la dignidad? Y puestos a precisar ¿Sabes qué es la dignidad del pueblo reconocida por la Constitución? Y llevando el interrogante hasta el disparate. ¿Has leído alguna vez nuestra Carta Magna?

Miles de españoles están recorriendo las seis vías radiales de la península para llagar a Madrid, Villa y Corte. Vienen a que tú y tus secuaces les escuchéis. Viajan ligeros de equipaje, apenas lo puesto. A su paso por pueblos y ciudades, los tuyos, los caciques, los alcaldes franquistas, los medios de comunicación afines, les están negando el cobijo, el pan y el agua. Y el gran inquisidor ministro de de la gobernación, que ahora lo llaman del interior, mitad guerrero y mitad fraile, según manda la Santa Madre Iglesia y Falange Española, está pertrechando la fortaleza de Madrid como si mañana sábado fuera a ser invadida, según el cacique jefe de la comunidad, por nazis de corte a la griega, mientras la alcaldesa de la capital sigue negando hospitalidad a los que vienen exigiendo que se les reconozcan la dignidad que vosotros no sabéis qué es…

No solamente estáis lejos de llegar al nivel de dignidad de vuestros conciudadanos, sino que les vais a tratar como delincuentes. ¿Has visto los documentales de estas gentes que se acercan a Madrid de todas las edades? ¡El comité de recepción lo habéis preparado con antidisturbios! Estáis manteniendo la falacia de que se infiltrarán violentos antisistema, que como en otras ocasiones, son colocados por vosotros mismos…

Ante el mundo civilizado el día 22 es el día donde los miserables creados por vosotros, exigen dignidad humana y vosotros vais a ofrecer un espectáculo esperpéntico. Los  que se acercan a Madrid, son pobres, desposeídos de su dignidad, sin trabajo, sin futuro, de todas las edades. Y tú y tus secuaces os esconderéis disfrazando vuestro pánico y vuestra vergüenza con una muralla de antidisturbios…