Ciudadans
Por Pedro Taracena
Estas dos formaciones
políticas tienen algunos aspectos básicos en común. Las características que les
unen les ubican ante un mismo contrincante político a batir. El bipartidismo y
el nacionalismo periférico, así como la legislación que lo propicia: Ley
electoral y leyes autonómicas que, según estas plataformas políticas, atentan
contra la unidad de España.
Rosa Díez
Ciudadans
defiende que todos los españoles deben ser ciudadanos de una sola nacionalidad,
la española. Y por su parte UPyD mantiene un discurso similar. Son dos partidos
políticos anti separatistas, unionistas. A pesar de tener sus raíces sociales,
que no políticas, en tierras nacionalistas con vocación de autodeterminación e
independencia, ambas formaciones hacen suyo el testamento del franquismo como
dogma de fe, basado en el tanto monta, monta tanto Isabel como
Fernando, de los Reyes Católicos. La palabra unión la lleva en su propia
razón social Unión PyD y Cudadans, su
seña de identidad está en el plural ciudadans,
que expresa de forma implícita su
singularidad, la nación única mejor unida...
Albert Rivera
Desde el punto de vista de
la doctrina política, la fundadora Rosa Díez de UPyD militó en el socialismo
vasco. En el caso de Ciudadans es un partido de nueva creación y lo lidera
Abert Rivera. Ambos salvando las distancias ponen su ahínco en las necesidades de los ciudadanos por
encima de las ideologías. Tanto Díez como Rivera han recorrido un camino
político lo suficientemente intenso como para hacer un análisis aproximado y
situarles en el espectro político español.
Rosa Díez
¿Izquierdas? ¿Derechas?
¿Centro? Su ambigüedad en lo ideológico nos impide hacer un posicionamiento
global y mucho menos permanente. En este caso el vocablo ambiguo
no tiene valor peyorativo, es el término que define a estas formaciones
políticas que huyen de los extremos para hacerse un hueco en el idílico centro.
Centro nada estable sino a su vez inquieto ante las circunstancias. La
ambigüedad no permite establecer una doctrina estable aunque el punto de
referencia lo sea, como ellos declaran que es la Constitución Española. Este
acomodarse ante las circunstancias que perjudican al ciudadano y hacerse eco de
su clamor para liderar un respuesta que satisfaga sus necesidades, quizás,
tenga alguna dosis de populismo. Tampoco mencionado en forma peyorativa. Cuando
no se tiene experiencia de gobierno y el pueblo está inmerso en una tempestad
de corrupciones y políticas criminales, como el hambre, los desahucios, los
abusos bancarios, la muerte por falta de asistencia sanitaria, la falta de
educación para los jóvenes, es fácil lanzar salvavidas a todos para sacar
rendimiento a estas ambigüedades ideológicas. Cuando se huye de la etiqueta de
izquierdas o de derechas, ésta ideología no es progresista y cuando el nacionalismo nacional pretende estar por
encima de las legítimas aspiraciones recogidas en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948, tampoco es avanzada y de vanguardia.
Albert Rivera
La ambigüedad y el populismo
son virtudes de estas fuerzas políticas, pero también están en posesión de otra
virtud. Su eterna tendencia para centrarse en un virtual paraíso espectral, les
lleva a someterse a una equidistancia
que a veces es perversa. Para unirse al grupo de los más afines en cada
momento, se escoran abiertamente, y son estas fuerzas quienes les hacen perder
el centro y el norte. Entonces la ambigüedad se convierte en estrategia. Estos
partidos gozan de un estado de gracia como si de una concepción divina se tratará. Todavía no han cometido
pecado original, salvo algunos escarceos cargados de inocencia, jugando con el
árbol de la ciencia de bien y del mal. Ojalá lleguen algún día al poder sin
saber qué es la corrupción. Con esta inocencia que sólo entiende de
ambigüedades, de populismos y de equidistancias. ¿Perversas? ¿Inocentes?
¿Pragmáticas? Por ahora son conservadoras…
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