Por Pedro Taracena
Todas estas Españas se encierran en dos: La España de las izquierdas en torno al PSOE, PODEMOS, IZQUIERDA UNIDA, ESQUERRA REPUBLICANA DE CATAÑUÑA y LAS MAREAS EMERGENTES, y enfrente la España franquista del PARTIDO POPULAR y confesional partidaria de perpetuar la alianza trono-altar y el maridaje Iglesia-Estado. Con vocación de no condenar nunca el genocidio franquista. Los MEDIOS, salvo honrosas excepciones de ciertos francotiradores demócratas y progresistas, están el servicio de los tiranos, los especuladores, los bancos, los empresarios que les pagan, y son auténticos vasallos y secuaces del poder. La Guerra Civil terminó con la victoria de los franquistas que se perpetúan a pesar de la vigencia de la Constitución. Cínicamente se declaran defensores de la Carta Magna, aunque se han ocupado de fosilizarla, para que sea inocua ante la corrupción, la Ley Mordaza y los crímenes legales cometidos contra la población.
Las dos Españas de la República. Las dos
Españas de la Guerra Civil. Las dos Españas de la Dictadura. Las dos Españas de la Transición y las dos Españas de la
Democracia. Ningunos de los periodos han servido para que los enfrentamientos
fratricidas lleguen al fondo de la reconciliación. No ha servido
para reconciliarlas ninguno de los periodos de paz ni de guerra. Algo debemos
de estar haciendo rematadamente mal porque en nuestro entorno no existe esta
dualidad. El sueño de UNA GRANDE Y LIBRE, encierra su simbología en el Rey de
España, la bandera española, el himno nacional de España y la Constitución Española. Toda esta
simbología está lejos de representar a un porcentaje cualitativo de los españoles. La Roja sí es el símbolo nacional
pero desgraciadamente sólo cuando están en juego los trofeos deportivos.
Es curioso pero cuando España estaba en
desarrollo y abundaba el dinero, aquello de la unidad nacional solamente ha
estado en jaque con los separatismos que vienen de la época anterior a la
proclamación de la República en 1931. Pero volvamos a las dos Españas que han
llegado hasta nuestros días. No es necesario ser un politólogo para
identificarlas a través de nuestras propias familias, sobre todo si uno se
encuentra en la tercera o cuarta generación, periodo que abarca tres cuartas
partes de un siglo. Aquello que me contó mi abuelo o mi padre, mi propia
vivencia y la tradición que he narrado a mis hijos añadida a la
experiencia vivida por ellos mismos.
Las dos Españas no se han reconciliado
porque hay un conflicto sin resolver. Prácticamente el mismo conflicto que
originó el golpe de estado contra la República en 1931: Un ejército al
servicio de los caciques y el capital, un rey de la dinastía de los Borbones
de corte absolutista al servicio de los poderosos, un fascismo incipiente en
Europa que aquí se le llamó Falange Española, y los obispos formando el
maridaje Iglesia-Estado y la alianza trono-altar. Sin olvidar el problema
latente de los separatismos vasco y catalán.
Toda esta estructura alimentó la dictadura. Un
estado confesional donde imperaba el nacional-catolicismo, el militarismo y el
fascismo con sello español,
En 1978 se dota a España con una
Constitución mediante la cual recupera el Estado de Derecho perdido en 1931, Pero
en paralelo con la Carta Magna, los vencedores de la guerra y servidores de la
dictadura tutelaron su contenido donde el Ejército, la Iglesia y el capital siguieron
como estaban en la dictadura. Los venidos del exilio, de las cárceles y de la
clandestinidad, pactaron que el genocidio franquista quedara impune. Y que el
franquismo quedara amnistiado para siempre. Ante el estupor del mundo entero.
Alemania condenó el nazismo, Italia el fascismo, Grecia sepultó el régimen de
Los Coroneles y en referéndum eligieron la República y Portugal
con la Revolución de los claveles, crearon un nuevo Estado rompiendo
con la dictadura anterior.
Volviendo a España los dos bandos,
las dos Españas están más identificadas que nunca y sobre todo
después de las últimas elecciones del 24 de mayo.
Por un lado los franquistas: hijos de
Franco, Fraga y Aznar, de la mano de la Iglesia, muy importante, del ejército
con jurisdicción militar propia, la patronal, los bancos y los caciques, forman una
España que desea seguir administrando el Estado como si de un botín de guerra se
tratara. Esta España está dotada de unos medios de comunicación muy eficaces
para la propaganda del Régimen del 78. Las formaciones políticas que ahora
manipulan la situación son: El Partido Popular, Los nacionalistas vascos y
catalanes y se incorpora a este corpus
el nuevo partido político Ciudadanos. Es decir, la Derecha.
SAN LUCAS
La otra España la integra el
pueblo en el más amplio sentido de la palabra: El Partido Socialista Obrero Español, ha estado
implicado en políticas contrarias al pueblo aunque ahora se ha
despegado del PP. Izquierda Unida, Podemos Compromis y las llamadas Mareas.
Evidentemente Sindicatos y organizaciones vecinales, sociales, etc. Es decir,
la Izquierda.
En estos últimos siete años la corrupción política ha llegado a
pervertir hasta el idioma. Ahora todos huyen de los extremos y ansían llegar al
centro. Pensamiento que lo llaman la centralidad. Una postura política que se
radicaliza porque su objetivo es llegar a la raíz de los
problemas, se le llama extremista y hasta los acusados con estos insultos no se
defiende reclamando lo positivo del término radical. El PSOE se supone de
izquierdas y con vocación republicana, pues en el Congreso de los Diputados
el ser de izquierdas es un insulto y además el afectado no se defiende.
Todos quieren cobijarse bajo el paraguas de la centralidad.
Las dos Españas están enfrentadas en
todos los foros, ágoras, tertulias, en prensa, radio televisión, en fin, en
todas las áreas de la sociedad:
La España de los
trabajadores y la España de las empresas, bancos y especuladores. Explotados
y explotadores.
La España de los ricos y la
España de los pobres. Desigualdad.
La España de los que
ganaron la guerra y la España de los que la perdieron. Los verdugos y las víctimas.
La España laica y la España del
nacional-catolicismo.
La España de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos y la España de los crímenes legales.
La España de la legalidad
y la España de la inmoralidad.
La España ideológicamente franquista
a pesar de estar perjudicada por el Partido Popular y la España democrática y
constitucional.
La España republicana y
federal y la España monárquica con añoranza de la
dictadura.
Todas estas Españas se encierran
en dos: La España de las izquierdas en torno al PSOE, PODEMOS, IZQUIERDA
UNIDA, ESQUERRA REPUBLICANA DE CATAÑUÑA y LAS MAREAS
EMERGENTES, y enfrente la España franquista del PARTIDO POPULAR y
confesional partidaria de perpetuar la alianza trono-altar y el maridaje Iglesia-Estado.
Con vocación de no condenar nunca el genocidio franquista. Los MEDIOS, salvo
honrosas excepciones de ciertos francotiradores demócratas y
progresistas, están el servicio de los tiranos, los especuladores, los
bancos, los empresarios que les pagan, y son auténticos vasallos y secuaces del
poder. La Guerra Civil terminó con la victoria
de los franquistas que se perpetúan a pesar de la vigencia de la Constitución. Cínicamente se declaran defensores de la Carta Magna,
aunque se han ocupado de fosilizarla, para que sea inocua ante la corrupción, la Ley Mordaza y los crímenes legales
cometidos contra la población.
SAN MATEO
Grupo escultórico: JUAN DE ÁVALOS
Reportaje fotográfico: PEDRO TARACENA
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