sábado, 4 de enero de 2014

EL PERDÓN


Por Pedro Taracena



Las autoridades del Estado no están legitimadas para pedir a los asesinos de ETA que pidan perdón a sus víctimas. Sin embrago el pueblo español sí está moralmente acreditado para exigir, no solamente el perdón por sus crímenes, sino que reconozcan  que eligieron como víctimas para cometer su barbarie a personas ajenas al conflicto.



El Estado actual jurídico y legal emana de la Constitución Española de 1978. Sin embargo el Estado existente en España desde 1939 fue un estado injusto e ilegítimo. España desde 1939 hasta 1978 no fue desde ningún punto de vista un Estado de Derecho. Fue una dictadura ajena a la libertad y la democracia. Los vencedores de la Guerra Civil impusieron una transición vergonzosa; dejando impunes los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno despótico. El nuevo Estado democrático jamás condenó al viejo Estado dictatorial. El poder evolucionó como si de un mismo Estado se tratara. Hoy las autoridades democráticas del Estado, lejos de condenar la dictadura, niegan a sus víctimas la sal y el agua. Es decir, la memoria, la dignidad y la justicia.



Después de las excarcelaciones de etarras producidas por la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, las autoridades españolas, lejos de acatarla y reconocer que el culpable es el Estado Español, se han atrevido a tratar el fallo de injusto. La Defensora del Pueblo escandalizándose de las consecuencias de tal sentencia, interpela al Gobierno que ha permitido tales excarcelaciones. En estos días  un juez ha autorizado un evento convocado por expresos etarras como ajustado a la legalidad vigente, y es comprensible que las víctimas del terrorismo estén en contra de todo aquello que los expresos de ETA, realicen o expresen que no sea hincarse de rodillas y pedir perdón. El pueblo español está con ellos y formamos una piña al lamentar, que la mala legislación franquista haya provocado la sentencia de Estrasburgo.



Pero que el Gobierno y sobre todo el insigne Ministro del Interior se rasguen las vestiduras ante el “aquelarre en el antiguo matadero”, calificándolo de “repugnante” y “deleznable”, es la expresión del esperpento franquista al cual nos tienen acostumbrados estos caudillos salvadores de la patria y de la unidad de España.



Es preciso explicar por qué las autoridades españolas no están legitimadas para pedir a los terroristas que pidan perdón por las víctimas. El Gobierno estaría legitimado si hubiera tratado por igual a todas las víctimas de la tiranía estatal y terrorista. Mientras las autoridades no condenen el franquismo y apoyen a sus víctimas como lo hacen con las víctimas de ETA, las palabras “repugnante” y “deleznable” suenan a hipocresía y complicidad. El Partido Popular a través de su dinastía garantiza el nexo entre los dos estados, el ilegítimo de Franco y el legítimo de la Constitución. Su postura resistente a condenar el franquismo, les sitúa en una postura doblemente inmoral. Porque esta dinastía procede de un régimen ilegal e injusto: Franco, Fraga, Aznar, Rajoy… y porque han establecido un trato “repugnante y deleznable” en el reconocimiento a las víctimas del franquismo. El peor de todos que es el olvido.


Grupo escultórico: Juan de Ávalos

Fotos: Pedro Taracena
  

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