Por Pedro Taracena
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La esperanza que has despertado en los
simpatizantes y militantes del socialismo democrático español está sembrada de no pocos interrogantes. Y aumentan a
medida que pasa el tiempo. Antes de abordar el tema central de mi carta he de
comunicarte que vengo de una familia de izquierdas y republicana; padeciendo
exilio, cárcel, tortura,
escarnio y muerte. Yo he votado siempre PSOE. No obstante, tus predecesores
hicieron méritos suficientes como para que mi indignación me llevara, a partir de la elecciones europeas de
2014, a no volverles a votar. Hasta ese momento yo pertenecía al consenso constitucional, es decir, a vuestra
estirpe, familia o casta, como lo quieras llamar. Con carnet de militante desde
1984. Soy ecuánime y no me
arrepiento de haber colaborado desde mi puesto en la sociedad, para trabajar
por el humanismo que emana de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Pero no es hora de la autocomplacencia, ha llegado el
tiempo de la regeneración democrática y moral, también, del socialismo español. Tus declaraciones sobre la demagogia y el
populismo, palabra que sabrás no existe en
nuestro diccionario de la Real Academia Española, me han confirmado en mi decisión de no volver a La Casta, en la cual milité deslumbrado por la
falsedad de la Santa Transición.
Pedro Sánchez PSOE
Te rogaría, más aún, como servidor público que eres te exijo que expliques qué es lo que entiendes tú como socialista, por populismo. No te puedes escudar en que no existe definición oficial. Tú debes tener el concepto muy claro como para utilizarlo tantas veces. Tu
negativa a declarar de que cuando hablas de demagogia y populismo te estás refiriendo a Podemos, sólo se puede entender como una falta de valentía. Tú conoces mejor que yo los puntos que defienden los círculos que lidera Pablo
Iglesias y descalificar sus reivindicaciones de plano es una insensatez por tu
parte.
No olvides que como yo muchos socialistas
hemos dudado en las últimas elecciones
en votar entre el PSOE e IU, sin decidirnos a votar de entrada a Podemos. Si
sigues con esta descalificación de todo lo que
esté a tu izquierda, sólo lograrás que lejos de votar tu futura y flamante candidatura,
nos veamos escorados a votar directamente a Podemos. A Podemos con su demagogia
y populismo. Mientras tú sigas anclado en
el inmovilismo de la Troica y siguiendo la comparsa de la Transición o de La Casta, tu pueblo seguirá pasando hambre, paro, miseria y muerte.
Te invito a que consideres las opciones situadas
más hacia la izquierda del PSOE, como opciones no
extremistas sino radicales para llegar a la raíz de los problemas. El PSOE no tiene el monopolio del progresismo real
en España. Yo antes de descalificar a Podemos he considerado
sus propuestas a la luz de cuatro parámetros de referencia: la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la Constitución Española de 1978, la Constitución de la República Española de 1931 y la Declaración de Principios del Partido Socialista Obrero Español, que consta en el carnet del partido que aún conservo. Te recomiendo que antes de volver a
utilizar este termino de cara a la galería, reflexiones si no estás cayendo en ramplona demagogia.
Pablo Iglesias (Podemos) y Mariano Rajoy (PP)
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