Los
medios de comunicación clásicos se dirigen a un país que ya no existe. Las
tecnologías de nueva generación han hecho saltar por los aires al periodismo
ramplón y cacique. Las exclusivas, los titulares en primicia, las noticias
secuestradas, los editoriales desfasados, el fotoperiodismo exclusivo y
excluyente, estos factores han excluido a toda una nueva generación de jóvenes periodistas.
Los
vicios contraídos por los medios de comunicación españoles, producto de la idolatrada Transición, son: el
corporativismo, la falta de una mínima
independencia, sin querer saber qué es eso de la crítica a los otros
medios y mucho menos la autocrítica. Concretando y personalizando esta mala
praxis periodística en editores, directores, periodistas, entrevistadores y
tertulianos. Estos vicios han traído consigo la ausencia total de pluralidad ideológica,
y por supuesto la independencia de los poderes públicos, políticos y
económicos, supone una falacia. En estos días se está viendo la estrategia puesta
en marcha bajo el eslogan: TODOS CONTRA UNIDAS PODEMOS.
No
es difícil analizar la trayectoria de los medios de comunicación a través de
los acontecimientos de la reciente Historia de España. El triunfo del golpe de
estado de 1936 y la implantación de la dictadura, amordazaron la libertad de
expresión y de información hasta 1978. Con la promulgación de la Constitución
los medios de comunicación gozaron de libertad de información y de expresión. Los
medios que procedían del franquismo, al menos en apariencia, se presentaban
como demócratas conversos. Emergieron nuevos periódicos y nuevas emisoras de
radio que convivieron durante la Transición. Los procedentes de la dictadura y
los nuevos nacidos en democracia, aunque
ambos se mostraron como defensores de la Constitución, los unos se homologaron
con los que no condenaron la dictadura y los otros abiertamente condenaban el
genocidio franquista.
Consumada
la Transición estos dos bloques encontraron su polea de transmisión en el
bipartidismo. Conservadores y nacionalistas periféricos por un lado, y
progresistas por otro. Durante las dos últimas décadas del siglo XX, lejos de lograr una prensa libre e
independiente, que tampoco nadie se propuso conseguir, se crearon unas alianzas
entre los partidos políticos y los medios que prostituyeron el periodismo en
todas sus modalidades. La
derecha con sus emisoras afines y sus canales de televisión de propugnada
declarada. Los medios públicos controlados por el partido de turno en el poder
y la izquierda, estableciendo un maridaje indecente entre el presidente del
gobierno y el grupo afín correspondiente. Sin olvidar las emisoras y canales
propiedad de la Iglesia. Con este plantel de medios de comunicación es
imposible que los profesionales hagan su trabajo con libertad e independencia.
Esta
estructura es la misma que venció en la Guerra Civil, implantó la dictadura, tuteló
y manipuló la Transición, con dos excepciones: el periódico LIBERACIÓN y el
diario PÚBLICO, ambos asfixiados por el capital. Ya en el siglo XXI los
obispos, los caciques, los bancos y la patronal, son los que tutelan el derecho
constitucional del pueblo a la información. El
Movimiento 15-M ha cogido con el paso cambiado a estos medios de comunicación,
que no saben ni desean informar sobre la nueva situación española. Es
un escándalo la forma en que están mal informando a los ciudadanos de las
nuevas formaciones políticas, venidas de las calles y plazas bajo el lema de ¡No
nos representan! ¡Democracia real, ya! y ¡Sí, se puede!
Y
una vergüenza que no haya ni uno solo de los medios de comunicación que esté
dando una información que no sea para descalificar a UNIDAS PODEMOS. LA
SEXTA, se salva por SALVADOS, EL INTERMEDIO y LA SEXTA COLUMNA. Pero en AL ROJO
VIVO, LA SEXTA NOCHE Y EL OBJETIVO, son espacios donde se ve la mano del
complot que impone tertulianos e impostores del periodismo, que están al
servicio del lema: TODOS CONTRA UNIDAS PODEMOS.
Yo
preguntaría a LA SEXTA que me dijera si cuando dice más periodismo se refiere a: Más Francisco Marhuenda, más Eduardo Inda,
más Ana Pastor, más Iñaki López o más economistas afines al neoliberalismo
alemán. Los telespectadores están manipulados por los canales de televisión. Mientras
los internautas son protagonistas de la libertad
de expresión y de información. Muchos de los tertulianos e impostores del
periodismo, se quedarían asombrados de la estructura organizativa que UNIDAS
PODEMOS tiene en la Red.
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