Por
Pedro Taracena
Mi sueño tiene lugar en España donde después
de la celebración de unas elecciones
generales, salieron elegidas cuatro fuerzas políticas con
similar número de escaños: PODEMOS,
PP, PSOE e IU. En la sesión de investidura en
ausencia de una formación con mayoría absoluta, hubieron de presentarse los cuatro líderes como candidatos para liderar la política gubernamental. De lo acaecido en mi sueño acuden a mi mente las líneas
generales del discurso del orador candidato, sin precisar quién era de los
cuatro. Comenzó con un paquete de menudencias que incluía: La supresión total
de los asesores nombrados a dedo de todo rango dentro de la Administración, con ello se ahorraría una
buena cantidad de recursos sin controlar y se potenciaría a los funcionarios titulares de una oposición. Los servidores públicos
serían los ejecutores de las políticas emanadas del Gobierno. Supresión de los aforados, igualdad absoluta de todos los
ciudadanos ante la Justicia. Reformar los actuales y arbitrarios indultos.
Eliminar todos los Consejos Consultivos de las Comunidades Autónomas, permaneciendo como único órgano consultivo el Consejo de Estado, donde sus miembros
trabajarían de forma operativa en los procesos, no como el retiro
dorado de los excargos públicos. También abordaba
el tema de las duplicidades de las diputaciones y las CCAA, así como la transparencia de “todos” los gastos por nimios
que fueren de los políticos de todas las
administraciones.
En otro
orden de cosas condenaría por ley el golpe de
estado contra la República y la dictadura de
Franco, así como toda apología del franquismo tipificándolo
como delito. Homologaría la Ley de Amnistía con la Corte Penal Internacional, interpretando la
Declaración Universal de los Derecho Humanos en materia
de Justicia Universal, delitos de lesa
humanidad y genocidio. Sin olvidar la derogación de
toda la legislación del ministro Gallardón. Así como la legislación de los
desahucios y las consecuencias injustas de la modificación del artículo 135
de la Constitución.
Según recuerdo de mi sueño,
también el candidato abordó, el
tema de la renegociación de la deuda y derogaría la reforma laboral actual. Devolvería al sector público la
Educación y la Sanidad; dotando a la Dependencia del presupuesto
que por ley se le adjudicó.
Por último, recuerdo que en mi sueño el candidato, no
se olvidó de la economía. Venía trabajando con los expertos de base ampliada a los
técnicos de la Agencia Tributaría que ya
le habían aportado algunas propuestas para luchar contra el
fraude. También contaba con sabios en gestión económica que le asesoraban en la viabilidad de que Europa
cambie el camino injusto y suicida, mejor dicho homicida de la economía del más débil…
Cuando
eran las ocho de la mañana, la sesión de investidura se interrumpió abandonando de forma súbita la
tribuna de los dormidos para recobrar la vigilia de los despiertos. Pero hasta
ese momento el líder no mencionó si en su programa incluía la
denuncia de los acuerdos con la Santa Sede, que obviamente son contrarios a la
Constitución y que sería
coherente para terminar con el nacionalcatolicismo, implantado de hecho en España desde el triunfo del franquismo.
Es
evidente que el discurso del candidato estuvo preñado de
falacia y de populismo…
Despierta Pedro. Estabas en los brazos de Morfeo. Era un precioso sueño. Muchas gracias por compartirlo. Ojala exista un espacio donde nuestros anhelos sean la norma y los ciudadanos de hecho, puedan ser felices, si ellos quieren por supuesto
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