Quien tuvo y retuvo guardó para la vejez...
LAS INCÓGNITAS SE VAN DESPEJANDO
CIUDADANOS CON CLAROS POSOS FRANQUISTAS
Ciutandans o Ciudadanos ¿Qué más da?
La impostura no está en su
desnudez,
sino en sus vestiduras:
Franquismo
Liberalismo económico
Nacionalismo español:
DIOS, PATRIA Y REY
UNA, GRANDE Y LIBRE
¿DUDOSO VIAJE AL CENTRO DERECHA?
Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, va camino de los 9 años y tres legislaturas ocupando escaño en el Parlament catalán
¿DUDOSO VIAJE AL CENTRO IZQUIERDA?
Díez define su partido como "de centro izquierda", si bien reconoce que "a veces se va uno para la derecha". "Lo importante es meter gol"
CASI COMO DOS GOTAS DE AGUA:
Ciutadans
Por Pedro Taracena
Estas dos formaciones políticas tienen algunos aspectos básicos en común. Las características que les unen les ubican ante un mismo contrincante político a batir. El bipartidismo y el nacionalismo periférico, así como la legislación que lo propicia: Ley electoral y leyes autonómicas que, según estas plataformas políticas, atentan contra la unidad de España.
Rosa Díez
Ciutadans defiende que todos los españoles deben ser ciudadanos de una sola nacionalidad, la española. Y por su parte UPyD mantiene un discurso similar. Son dos partidos políticos anti separatistas, unionistas. A pesar de tener sus raíces sociales, que no políticas, en tierras nacionalistas con vocación de autodeterminación e independencia, ambas formaciones hacen suyo el testamento del franquismo como dogma de fe, basado en el tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando, de los Reyes Católicos. La palabra unión la llevan en su propia razón social, Unión PyD y Cutadans, su seña de identidad está en el plural ciutadans, que expresa de forma implícita su singularidad, la nación única mejor unida...
Albert Rivera
Desde el punto de vista de la doctrina política, la fundadora Rosa Díez de UPyD militó en el socialismo vasco. En el caso de Ciutadans es un partido de nueva creación y lo lidera Abert Rivera. Ambos salvando las distancias ponen su ahínco en las necesidades de los ciudadanos por encima de las ideologías. Tanto Díez como Rivera han recorrido un camino político lo suficientemente intenso como para hacer un análisis aproximado y situarles en el espectro político español.
Rosa Díez
¿Izquierdas? ¿Derechas? ¿Centro? Su ambigüedad en lo ideológico nos impide hacer un posicionamiento global y mucho menos permanente. En este caso el vocablo ambiguo no tiene valor peyorativo, es el término que define a estas formaciones políticas que huyen de los extremos para hacerse un hueco en el idílico centro. Centro nada estable sino a su vez inquieto ante las circunstancias. La ambigüedad no permite establecer una doctrina estable aunque el punto de referencia lo sea, como ellos declaran que es la Constitución Española. Este acomodarse ante las circunstancias que perjudican al ciudadano y hacerse eco de su clamor para liderar un respuesta que satisfaga sus necesidades, quizás, tenga alguna dosis de populismo. Pero este calificativo por ahora se le adjudica en exclusiva a Podemos. Tampoco mencionado en forma peyorativa. Cuando no se tiene experiencia de gobierno y el pueblo está inmerso en una tempestad de corrupciones y políticas criminales, como el hambre, los desahucios, los abusos bancarios, la muerte por falta de asistencia sanitaria, la falta de educación para los jóvenes, es fácil lanzar salvavidas a todos para sacar rendimiento a estas ambigüedades ideológicas. Cuando se huye de la etiqueta de izquierdas o de derechas, ésta ideología no es progresista y cuando el nacionalismo nacional pretende estar por encima de las legítimas aspiraciones recogidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, tampoco es avanzada y de vanguardia.
Albert Rivera
La ambigüedad y el populismo son virtudes de estas fuerzas políticas, pero también están en posesión de otra virtud. Su eterna tendencia para centrarse en un virtual paraíso espectral, les lleva a someterse a una equidistancia que a veces es perversa. Para unirse al grupo de los más afines en cada momento, se escoran abiertamente, y son esas fuerzas quienes les hacen perder el centro y el norte. Entonces la ambigüedad se convierte en estrategia. Estos partidos gozan de un estado de gracia como si de una concepción divina se tratará. Todavía no han cometido pecado original, salvo algunos escarceos cargados de inocencia, jugando con el árbol de la ciencia de bien y del mal. Ojalá lleguen algún día al poder sin saber qué es la corrupción. Con esta inocencia que sólo entiende de ambigüedades, de populismos y de equidistancias. ¿Perversas? ¿Inocentes? ¿Pragmáticas? Por ahora son conservadoras…
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