martes, 12 de febrero de 2013

LOS CRÍMENES EN TIEMPOS DE PAZ

Por Pedro Taracena


La corrupción en España es el peor de los crímenes. Mientras estas consideraciones son tachadas de demagógicas, estoy buscando la palabra que no alarme tanto a los hipócritas criminales.


En la actualidad hay expresiones que incluyen la palabra crimen, que los defensores de la democracia formal no soportan. Este vocablo hasta ahora estaba postergado de la vida cotidiana, era utilizado para casos muy concretos y siempre se identificaba exclusivamente con delitos de sangre. Pero el pueblo que reclama democracia real ¡ya! reivindica el término crimen para instaurar la sana costumbre de llamar a las cosas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino. La sociedad considera un crimen, a un delito grave o una acción indebida y reprensible. Sin adentrarse en la tipificación legal o jurídica. Los ciudadanos tienen como patrón de medida, no las exquisiteces del código penal, sino algo más cercano como es la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948  y el espíritu de la Constitución Española de 1978. Aquí los derechos viene expresados en un idioma claro, simple y de sentido común. Sabio precepto de nuestra Carta Magna el que dice que: “La justicia emana del pueblo”, por tanto, los ciudadanos tienen una percepción de aquello que es justo y lo que es injusto, sin albergar ninguna duda. Cuando se lleva a cabo una acción indebida contra el pueblo, éste, no espera que lo sentencie ningún juez, expresa su condena; indignándose sobremanera si no se repara la injusticia cometida. Las expresiones de crímenes contra el pueblo o crímenes de lesa humanidad, son ahora en España moneda de curso legal, ante colectivos con derechos fundamentales lesionados. Algunos ejemplos ilustran el uso de la palabra crimen en sus acepciones sociales y económicas; consagrando las leyes perversas del capitalismo salvaje de, la explotación del hombre por el hombre, y el servilismo a las exigencias de los llamados mercados: Banqueros usureros, empresarios explotadores y caciques, políticos corruptos, defraudadores de la hacienda pública y una monarquía con achaques de caduca y haciendo agua por los cuatro costados. Como consecuencia quién se atreve a negar la evidencia de que hoy se están cometiendo crímenes contra el pueblo español.
Es un crimen cuando los recortes en la Sanidad Pública provocan un deterioro en la salud de la población; aumentando el riesgo de un muerte prematura.
Es un crimen cuando el paro provocado por el capitalismo, está llevando a los españoles e inmigrantes a la pobreza y la exclusión social: Miseria, hambre, frustración y desamparo.
Los recortes en la Educación Pública suponen un crimen contra nuestra juventud. Toda una generación perdida.
El crimen más execrable por el empecinamiento del Gobierno, es el de los desahucios. Esto es demagogia en boca del Partido Popular. El esperpento está servido cuando los jueces y la policía sacan a palos y con violencia a familias enteras en cumplimiento de la ley. Una ley que solamente consideran justa, los bancos y la derecha.
La lista es interminable pero no me resisto a omitir la perversa ideología del PP que sigue sumiso a la tiranía de la Europa del Norte, sin invertir en crecimiento y en investigación. Y sobre todo en insumisión haciendo una piña con su pueblo. La corrupción en España es el peor de los crímenes. Mientras estas consideraciones son tachadas de demagógicas, estoy buscando la palabra que no alarme tanto a los hipócritas criminales.


sábado, 2 de febrero de 2013

FIESTAS ANCESTRALES


¡Viva La Candelaria!
¡Viva San Blas!
Almonacid del Marquesado

Por Pedro Taracena



Fiestas de La Candelaria y San Blas. Me han hecho vivir unos momentos auténticamente de evocación medieval. Situación de fuerte ruptura con el aquí y ahora de nuestro siglo XXI. Los endiablados se entregan durante días a una danza sensual, enloquecida y ensordecedora, que cuando se encierran en el templo parroquial de Santiago Apóstol, me han hecho sentir sensaciones y emociones nunca percibidas. Nuevas y ancestrales en un mismo instante. Aún conservo en mis tímpanos, la atronadora percusión de seiscientos cencerros. De todos los tamaños, al ritmo de una endiablada danza. Hacían estallar los muros de la pequeña iglesia jacobea. Chocante e impresionante a la vez, la piña formada por los endiablados y su pueblo, entrelazándose al mismo tiempo con el baile de las danzantas, al paso del cortejo. Los pasacalles, las procesiones y los desfiles callejeros, siembran un mosaico de colores al son del estruendo de los pesados cencerros y las ligeras esquilas y cascabeles.
La jornada del día 2 de febrero está dedicada a honrar a la Virgen de la Candelaria. Los atuendos de los diablos se adornan con charros colores y se tocan la cabeza con adornos florales y motivos femeninos. Sin olvidarse del cetro con la esfinge del diablo. Cada diablo se ciñe de un cincho de cuero sujeto por tirantes engalanados con ristras de cascabeles. Según su estatura y edad, se cuelga del cinto cuatro cencerros, aumentando su peso y tamaño cuando el diablo es adulto. En la procesión se corteja a la Virgen de la Candelaria, paseada por la calles del pueblo, en un trono-carroza empujada mayormente por mujeres. La endiablada va y viene hacia la sede virginal formando dos columnas paralelas, danzando todos al mismo ritmo, provocando un estruendo ensordecedor. Cuando el cortejo pasa por una calle en cuesta, una de las columnas se desliza saltando a gran velocidad
, en sentido contrario; volviendo hacia la imagen de La Candelaria. El rostro desencajado por la entrega en la puesta en escena, se acompaña con los brazos abiertos hacia adelante, gritando: ¡Viva La Candelaria! Aunque las voces quedan ahogadas por el son de los cencerros.
El cortejo procesional es una expresión de paganismo y religión, donde los mitos se confunden en una misma realidad medieval: Preside la procesión un estandarte de San Blas o de la Virgen de la Candelaria. Después la doble columna de 150 diablos. Delante de la carroza que transporta la imagen se posiciona el Diablo Mayor. Hasta aquí es como si la endiablada dominara el festejo. Inmediatamente después desfila el clero, las autoridades municipales y la Guardia Civil. Esto nos recuerda que estamos en el siglo XXI. Yal final del cortejo bailan constantemente las danzantas. Es la parte folclórica y lúdica. La puesta en escena de las procesiones, se abren camino entre la muchedumbre del pueblo y visitantes, que participan del evento subidos en tapiales, barbacanas, aceras o haciendo incursiones en el centro de la calzada, desafiando a los diablos cuando bajan dando saltos en honor de sus patronos.
En los pasacalles de las mañanas, recorren por diferentes lugares, las calles y plazas del pueblo los diablos y las danzantas. Y en un momento se entrecruzan unos y otros, dibujando una confusión entre lo religioso y lo pagano. 
En el transcurso de la víspera de la fiesta de San Blas, los tocados floreados de los diablos, se tornan mitras escarlatas, en memoria del San Blas, obispo y mártir de la cristiandad. El endiablado cortejo visita la tumba de sus antepasados en la necrópolis del pueblo. Los diablos revestidos de pontificales, acuden al Campo Santo y rezan un responso dirigido por el Diablo Mayor. Esta secuencia de la fiesta, invita a una reflexión antropológica, difícil de olvidar y compleja de entender. Pero estos eventos se pierden en los siglos del primer milenio, donde el emperador Constantino se convierte al cristianismo y se establece la religión cristiana en la religión del imperio. A partir de entonces los ritos paganos, procedentes de antaño y la vocación cristiana de convertirlo todo en ciclo divino, sometió al pueblo a ser protagonista de su propia iniciativa, no siempre fiel a la teología. Una vez concluido el rito religioso, los diablos regresan al pueblo, rompiendo con el estruendo de los cencerros el crepúsculo del frío atardecer. Las enarboladas mitras airean sobre sus cabezas la cruz bordada en oro y las iniciales del diablo que la lleva. El eco del estruendo en la lejanía anuncia que estamos en la víspera de San Blas. Seguidamente irrumpen en la iglesia y someten a la imagen del santo a una lavada de cara con anís, en memoria de cómo le limpiaron los pastores que hallaron su imagen en el campo. Que parece que fue con aguardiente. 
El día 3 de febrero la tensión emocional y sensual alcanza su fuerza suprema. La cencerrada sube de volumen y las invasiones de los diablos al templo es más atronadora, dejando patente que su líder y patrón es San Blas. En el interior del recinto parroquial se forma una ronda que se ciñe a los cuatro muros del templo, circunvalando la zona central de los bancos. Por allí danzan, corren y brincan los diablos hasta que, el Diablo Mayor estima satisfechas las muestras de cariño al santo homenajeado. Y así a lo largo de casi una semana, la endiablada de Almonacid del Marquesado, conserva incólume una tradición milenaria, pagana y religiosa conviviendo los símbolos del bien y del mal. Ritual donde no se contemplan las postrimerías del hombre (muerte, juicio, infierno y gloria). Tampoco las carnestolendas cuaresmales y mucho menos la lucha de Dios con Lucifer. Es un festejo del pueblo que interpreta su entorno como una forma muy personal de lo trascendente. Lo más importante de su permanencia es que ha resistido el nacionalcatolicismo, y a cualquier intento de intolerancia. No se plantea sacralizar lo pagano, ni tampoco de paganizar lo sagrado. Es el resultado de la imposición fallida de Constantino, de cristianizar el paganismo.


ÁLBUM DE LOS ENDIABLOS Y LAS DANZANTAS














































Imágenes tomadas con una cámara NIKON  clásica con un carrete Kodak Tri X 400

viernes, 1 de febrero de 2013

DILEMA EN EL PP, O, UNA DE MALOS DE SERIE DE TV

Por Isidoro Gracia

Exdiputado



En las series policiacas de televisión hay, casi siempre, una escena en el que el malo, muy malo pero muy listo, ante la exposición de los hechos acusatorios por el poli, o la poli, bueno/a, contesta: interesante teoría, demuéstrelo si puede. A continuación pide un abogado.

Ante la publicación de una contabilidad manuscrita por sus tesoreros, a la cúpula del PP se le han ocurrido unas variantes, lo que puede venir bien a los sufridos guionistas de las series; además del demuéstrese. Variante A: No me consta. Variante B: hay que esperar unas auditorias.

Cuidado que sería fácil para el Presidente y los distintos secretarios saber si, tal y como indica el manuscrito, han ingresado, o no, las importantes cantidades que se les atribuyen “ad personan”, con lo cual pueden dar fe de la existencia por constancia directa. También es fácil constatar si lo han declarado, ellos en su IRPF y el partido en las cuentas presentadas al correspondiente Tribunal de Cuentas. Si no se acuerdan, basta con que llamen a su compañero ministro de hacienda para conseguir una copia de sus declaraciones y al Tribunal de Cuentas indicarle en que página de que documento están reflejados los millones que figuran como ingresos en los ya famosos papeles.

Pues no, en su laberinto sin salida, han optado por lo clásico: ganemos tiempo y mientras tanto, como podemos pagar buenos abogados, nos buscamos una buena justificación con apariencia de legalidad, y trasladamos culpabilidades a la prensa que publica, al partido de la oposición que pide explicaciones, exigimos silencios cómplices incluso en el Parlamento, etc. Se busca la solución que otras veces dio resultado, a ver si algún juez anula alguna prueba, y hasta es posible que, siguiendo ejemplos italianos, incluso propongan legislación nueva que cubra las vergüenzas. La amnistía fiscal, es solo un primer paso, ley confusa del “totum revolutum” y ya se sabe: a rio revuelto ganancia de pescadores.

Es posible que, al contrario que en la TV, la Justicia no condene, pero esta vez los ciudadanos van a tener la última palabra en próximas elecciones, si vuelven a perdonar se harán cómplices de las prácticas hoy conocidas y merecedores ser gobernados por los que son de ellas beneficiarios.