LA PROSTITUCIÓN EN LA PRENSA

HEMEROTECA







“PERIODISMO es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. George Orwell puede ser perfectamente el autor de esta breve, concisa y demoledora cita. Periodista, ensayista, crítico y novelista, al autor inglés también se le atribuye la siguiente frase: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.





CENSURA EN EL PAÍS

Cuando un lector envía un artículo a la sección de Cartas al Director de un periódico, puede presentarse varias situaciones: 1. Que realmente no haya espacio para su publicación. 2. Que el contenido del escrito desborde la línea editorial del medio. 3. Que el escritor o periodista independiente, haga la competencia a los columnistas e incluso a los editorialistas del periódico considerado. No en pocas ocasiones los participantes en estas secciones de opinión, están mejor preparados que los firmantes de ciertos espacios considerados como profesionales especialistas. Censurados por la dependencia política y financiera del magnate o grupo de presión que lo sustenta, y 4. Que el escrito supere estos escollos y se publique. Mi experiencia personal con el diario El País, ha sido patente y meridianamente clara: Mi libertad de expresión ha encontrado el muro del Grupo Prisa. Ausente de autocrítica, un periódico con vicios anticonstitucionales y viviendo la interminable resaca de la borrachera de la Transición, inmodélica y antidemocrática. La prueba de fuego ha sido este blog sobre LA PROSTITUCIÓN EN LA PRESA EL PAÍS. La línea de negocio mantenida a ultranza sobre LA PROSTITUCIÓN en sus páginas, ha descalificado no solamente al ente en su integridad, sino a todos sus profesionales, que aunque amordazados por los Polanco y los Cebrián, son cómplices de esta perversión



LOS ANUNCIOS DE CONTACTOS





Foto: Pedro Taracena Gil



EL VETO DEL GOBIERNO A LOS ANUNCIOS DE PROSTITUCIÓN LLEGA MUY TARDE, PERO ESTE SUCIO Y PERVERSO NEGOCIO DE LA PRENSA, NO PUEDE PERMANECER NI UN DÍA MÁS. YA HAN SIDO DEMASIADO TIEMPO CÓMPLICES DE LOS PROXENETAS. 

ENSAYO SOBRE LA PROSTITUCIÓN EN LA PRENSA

Por Pedro Taracena Gil

Presentación

“La prostitución en El País”, puede considerarse un ensayo sobre la contradicción que se produce en un medio, entre las alternativas de negocio y la línea editorial. Se trata de un periódico de acreditada perseverancia en la libertad de expresión, la democracia y la defensa de la Constitución. Añadiendo que se ha dotado de un Libro de Estilo, donde se marcan las líneas a seguir por los profesionales del medio. Este trabajo contiene 16 oportunidades en las cuales su autor se ha dirigido a los responsables, no solamente del periódico, sino del Grupo Prisa. Hasta el final en el evento 16 del contenido no se ha colocado la pelota en el tejado de quien tiene que decidir. La Defensora del Lector de El país escribe: Estilo nos proporciona una buena analogía: "La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que contribuyan a su difusión". Si esto forma parte de nuestros principios, con mucha más razón debería figurar el de no contribuir con anuncios de contactos a una actividad que, además de denigrar a las mujeres, las convierte en esclavas.

Índice de eventos

01 Los clientes
02 El Defensor del Lector
03 Anuncios en El País
04 Anoche soñé
05 El País en su nueva versión
06 Público es diferente
07 Carta al Sr. Cebrián
08 La Cátedra Jesús de Polanco
09 La Prostitución
10 La nueva Defensora del Lector
11 Ministerio de Igualdad
12 Bibiana Aído
13 Cuarto Poder
14 Mensaje a Mónica Ceberio Belaza
15 Tribuna

01 Los clientes


El trabajo de Juan José Millás publicado sobre la prostitución me ha impresionado en sus aspectos periodísticos y antropológicos. Para hacer una valoración sobre las “trabajadoras del sexo”, como una actividad económica más, he llevado a cabo una segunda lectura del artículo, contando la historia en primera persona del singular y por supuesto contada por un hombre. Desde el punto de vista del cliente, es decir, la otra parte del contrato de la transacción ilegalmente establecida. A mí como hombre, no me interesa que la mujer prostituta ejerza su oficio público de forma legal, porque yo necesito la clandestinidad para ocultar mis relaciones con ella. Oscuridad y economía sumergida. Como cliente de estos servicios, necesito aprovechar estas ventajas para encubrir mis falsedades y apariencias. Para ello la sociedad me presta dos coberturas: La socio-política y la moral-religiosa. Ante la sociedad tengo que encubrir mis infidelidades y utilizar su marginación legal para abusar de su inferioridad. De esta forma, yo cliente, controlo mejor el mercado, impongo mis condiciones, satisfago mis apetitos y mis complejos de inferioridad, que en régimen de igualdad, otra mujer, no me soportaría. Impongo la ausencia del preservativo y puedo llegar hasta la violación con total impunidad. Además los políticos se convierten en mis cómplices, mientras no legislen dignificando a la mujer. Los clientes condenamos la prostitución y al mismo tiempo degradamos las relaciones humanas entre un hombre y una mujer hasta límites salvajes. Pero la propia clandestinidad me permite recomponer mi figura de ciudadano decente, tan solo porque la prostituta con la cual contrato sus servicios, es una ilegal laboralmente hablando, sin papales. Como hombre la prostitución es irrenunciable, porque a través de la historia ha servido para ocultar mis hipocresías y mis frustraciones. A los hombres clientes de prostíbulos, no nos interesa renunciar a nuestra segunda vida. Desde la nobleza a los plebeyos, hemos condenado la prostitución, ocultando y lavando nuestras miserias. Hasta aquí voy descubriendo que los clientes de este negocio somos los propiciadores de su desarrollo y no tenemos ninguna intención de que se regule. Es un negocio de hombres para hombres, aunque las víctimas sean las mujeres. Detrás de una prostituta, salvo honrosas excepciones, está el mafioso, el chulo y el corrupto. Y para llegar más al fondo de la cuestión, contemplo el fenómeno, desde su vertiente moral-religiosa. La España del nacional-catolicismo fue un buen taller de ensayo. Estaba bien visto que los adolescentes fuéramos iniciados en la sexualidad con putas pagadas por nuestros mayores, tíos, hermanos u otros tutores morales. Los jóvenes en los años cincuenta podíamos desfogarnos con cualquier chica, menos con nuestra novia. La virginidad de la mujer era un valor en alza. Teniendo en cuenta que la religión imperante en nuestro país, condena el gozo y las relaciones sexuales fuera del matrimonio, que la finalidad del matrimonio es tener hijos y que los sacerdotes son célibes, es fácil pensar que la moral que inspira las acciones políticas está impregnada de condenas contra todo lo que sea la libertad sexual. Separación entre la sexualidad y la procreación y entre el sexo y el amor. Nosotros, los hombres que además somos los clientes, utilizamos esta máscara de hipócrita moral para condenar enérgicamente toda clase de explotación económica y humana, para buscar aquello que parece ser que sólo conseguimos pagando. Ahora comprendo mejor la historia de Marga Carreras. Día 5 de septiembre de 2005.

02 El Defensor del lector

Clasificados de EL PAÍS

El suplemento de “anuncios” donde se publica una amplia oferta comercial, está dividido en capítulos donde se comercia todo tipo de mercancías y servicios. Las materias están agrupadas por especialidades. En el capítulo 3 servicios, se encuentra un apartado que genéricamente se denomina adultos. Es evidente que esta denominación, alerta de algo de lo cual debe de prevenirse y protegerse a los que no lo son. Los anuncios integrados en esta división, se relacionan, también, con el Marketing de otros productos y otros servicios, diferentes de las otras ofertas. Los productos comercializables son las personas, abundantemente mujeres y los servicios son prestados por esas mismas mujeres y pagados y disfrutados por otros, generalmente hombres. Si dentro de este libre comercio, los vehículos que comprenden el objeto del capítulo 2 motor, se puede comparar con las mujeres, objeto del capítulo 3 servicios, entonces, El País, está en la honda del mercado de la prostitución, eso sí, sin mencionarla por su nombre. Seguro que esta consideración es legal, respeta la libertad de mercado y además, es una publicidad que le es ajena, ya que el responsable es el anunciante. Señor Defensor del Lector de El País, al margen de que sea legal y comercialmente impecable, pondríamos en un fuerte aprieto si exigiéramos a la dirección del Grupo PRISA, que enumerara los criterios coherentes con su prestigio, trayectoria y defensa de la democracia y la Constitución Española, justificando, que en las páginas de Clasificados de El País, se oferte, publicite y se negocie con la prostitución. Es decir, prestación de servicios de seres humanos, en este caso mujeres, como si de mercancías se tratara. El Libro de Estilo de El País, es un Manuel que en muchas ocasiones he consultado para profundizar en su línea editorial y su trayectoria periodística. No hay duda que si se actualizara su contenido, tendría en cuenta expresamente, esta sensibilidad hacia la dignidad del ser humano. No voy a caer en la tentación de ignorar que este periódico es un negocio, no una ONG, y que su objetivo es ganar dinero. Sin duda. Tampoco se me ocurrirá evocar complejos, prejuicios, aspectos morales, religiosos o de puritanismo político o social. No, sólo evoco a la Constitución Española, la democracia y a los valores republicanos, que hacen que las constituciones de la república y de la monarquía, se fundan en un mismo proyecto histórico, de dignidad del ser humano, de la mujer y del hombre españoles y de todos los habitantes de España. Al utilizar ciertos verbos, es posible que se pueda pensar que estoy insultando o faltando al respeto al medio. No, solamente constato lo que se puede leer. Aunque acepto que suene de forma diferente cuando se hable de mercancías y servicios, donde el objeto, no es la persona. Este negocio que se publicita y que El País es el primero en cobrar, es una clara apología del dominio machista. El País publicita y oferta prostitución en sus páginas y gana dinero con ello. Aunque los anuncios estén redactados políticamente correctos, pero el efecto es el de siempre. Los adultos y los que no lo son tanto lo comprendemos muy bien. Es increíble que nadie, dentro del propio medio, o del grupo PRISA, sea capaz de ser independiente y discrepar en esta materia de quien le paga. Aunque quien verdaderamente paga es el lector, aunque está claro que a quien se debe El País es al anunciante. Si dejo de comprar El País o de escuchar la SER, no sería por los argumentos del Partido Popular, estarían fundados en estos desafortunados anuncios que sin ninguna necesidad, el Grupo PRISA, mancha el resto de las páginas. ¿Qué criterios defiende El País para mantenerlos? Día 22 de abril de 2007.

03 Anuncios en El País

“Clasificados”

El suplemento de “anuncios” donde se publica una amplia oferta comercial, está dividido en capítulos donde se comercia todo tipo de mercancías y servicios. Las materias están agrupadas por especialidades. En el capítulo 3 servicios, se encuentra un apartado que genéricamente se denomina adultos. Es evidente que esta denominación, alerta de algo de lo cual debe de prevenirse y protegerse a los que no lo son. Los productos comercializables son las personas, abundantemente mujeres y los servicios son prestados por esas mismas mujeres y pagados y disfrutados por otros seres humanos, generalmente hombres. Si dentro de este libre comercio, los vehículos que comprenden el objeto del capítulo 2 motor, se puede comparar con las mujeres, objeto del capítulo 3 servicios, entonces, El País, está en la honda del mercado de la prostitución, eso sí, sin mencionarla por su nombre. Seguro que esta consideración es legal, respeta la libertad de mercado y además, es una publicidad que le es ajena, ya que el responsable es el anunciante. Señor Director de El País, al margen de que sea legal y comercialmente impecable, pondríamos en un fuerte aprieto si exigiéramos a la dirección del Grupo PRISA, que enumerara los criterios coherentes con su prestigio, trayectoria y defensa de la democracia y la Constitución Española, justificando, que en las páginas de Clasificados de El País, se oferte, publicite y se negocie con la prostitución. En muchas ocasiones he consultado el Libro de Estilo de El País para profundizar en su línea y trayectoria periodística. No hay duda que si se actualizara su contenido tendría en cuenta expresamente, esta sensibilidad hacia la dignidad humana. No voy a caer en la tentación de ignorar que este periódico es un negocio, no una ONG, y que su objetivo es ganar dinero. Sin duda. Tampoco se me ocurrirá evocar complejos, prejuicios, aspectos morales, religiosos o de puritanismo político o social. No, sólo evoco a la Constitución Española, la democracia y a los valores republicanos, que hacen que las constituciones de la república y de la monarquía, se fundan en un mismo proyecto histórico, de dignidad del ser humano, de la mujer y del hombre españoles y de todos los habitantes de España. Al utilizar ciertos verbos, es posible que se pueda pensar que estoy insultando o faltando al respeto al medio. No, solamente constato lo que se puede leer. Aunque acepto que suene de forma diferente cuando se hable de mercancías y servicios, donde el objeto, no es la persona. Este negocio que se publicita y que El País es el primero en cobrar, es una clara apología del dominio machista. El País publicita y oferta prostitución en sus páginas y gana dinero con ello. Aunque los anuncios estén redactados políticamente de forma correcta, el efecto es el de siempre. Los adultos y los que no lo son tanto lo comprenden muy bien. Es increíble que nadie dentro del propio medio, o del grupo PRISA, sea capaz de ser independiente y discrepar en esta materia de quien le paga. Aunque quien paga es el lector, está claro que a quien se debe El País es al anunciante. Si dejo de comprar El País o de escuchar la SER, no sería por los argumentos del Partido Popular, estarían fundados en estos desafortunados anuncios que sin ninguna necesidad, el Grupo PRISA, mancha el resto de sus páginas. ¿Qué criterios defiende El País para mantenerlos? Día 24 de abril de 2007.


04 Anoche soñé con EL PAÍS

En mi sueño, un editorial venía a decir algo como: “Este diario no admite anuncios que inciten a la prostitución”. Me llenó de satisfacción y recordé que el LIBRO DE ESTILO EL PAÍS, en su MANUAL 1.4, es igual de contundente con el boxeo: “La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que puedan contribuir a su afición”. No obstante, este texto no tendrá cabida en este diario y daré la razón a Calderón: “…que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Día 9 de octubre de 2007.


05 El País en su nueva versión

EL PAÍS con otro acento

EL PAÍS en su nueva versión, no hay duda que es un logro por su tradición y sus innovaciones. En algo es el de siempre. En la publicidad de la prostitución. ¿Será capaz el periódico global en español, de abandonar su complicidad en esta perversión? Si esta brevísima carta no la publican, no será por falta de espacio, aunque la consideren interesante. Es evidente que será por corporativismo, desprecio a la figura del Defensor del Lector y porque no reconocen que esta práctica arremete contra el humanismo, la democracia y la Constitución Española. Les felicito porque acaban de globalizar, también, la prostitución. Día 21 de octubre de 2007.


06 Público es diferente

Os felicito por vuestra autoprohibición de colaborar con la prostitución. No caigáis en la tentación de crear la figura del Defensor del Lector. Otro diario lo ha implantado pero, ante las críticas de sus fieles lectores, miran hacia otra parte, si lo denunciado va en contra de sus intereses. Como por ejemplo, el dinero que entra en sus arcas proveniente de la prostitución. Ahora están al servicio de la globalización, también, de la prostitución. ¿Seréis capaces de publicar esta breve carta, venciendo al corporativismo? Día 21 de octubre de 2007.

07 Carta al Sr. Cebrián

He seguido con mucha atención la reprimenda lingüística que echó, como académico, al Sr. Zapatero, sobre el uso y abuso que de la letra zeta hacía el líder socialista. No es mi intención aquí valorar, ni su interpelación ni tampoco la contestación que obtuvo de ella. Pero me ha seducido el celo que usted ha demostrado en depurar la utilización de nuestra lengua, sobre todo por quienes tienen la oportunidad de utilizarla con frecuencia en público. No en balde obra en mi poder EL LIBRO DE ESTILO EL PAIS. Para mí ha sido una guía que me ha servido para seguir mi vocación periodística y profundizar en la línea editorial, estilo literario y modelo ético. Usted es arte y parte de este fenómeno globalizado que se llama grupo PRISA. Le felicito. Si se produce el milagro de que usted conozca este escrito, mayor será mi sorpresa si me contesta a la pregunta que nadie de su grupo, eso sí por falta de espacio, ha sido capaz de responder, incluyendo el Defensor del Lector. Sr. Cebrián: En PRINCIPIOS 1.4 del mencionado libro, renuncian a recoger noticias que puedan contribuir a la difusión del boxeo. ¿Por qué el diario EL PAÍS admite anuncios que incitan a la prostitución? En la carta que envié al Defensor del Lector, me expresé en otros términos más comerciales. Muchas gracias por atender mi pregunta. Día 9 de noviembre de 2007.

08 La Cátedra Jesús de Polanco
(Ya no estamos en campaña)

En el universo de la comunicación en lengua castellana, el grupo PRISA es el líder indiscutible e indiscutido. ¿Porqué indiscutido? Porque además y sobre todo, este gigante del periodismo es un imperio económico y la ética que se predica desde la cátedra, si entra en conflicto con los intereses económicos, los valores democráticos y constitucionales, pueden ser disimulados o reinterpretados. El Estado español, en estos últimos cuatro años, se ha puesto a la cabeza de Europa en el respeto a los derechos sobre la igualdad entre mujeres y hombres, su lucha contra el machismo es auténtica y si discrimina en algo a la mujer, la discrimina en positivo, como respuesta a la deuda histórica contraída con ella. El objetivo es claro: Erradicar el abuso machista en todos los órdenes de la sociedad y que no haya la necesidad de militar en las filas feministas porque ya no sea necesario. Pues la Cátedra Jesús de Polanco ya ha comenzado su labor didáctica y pedagógica: “Ojalá seamos capaces de construir nuevos modelos de periodismo preservando sus valores clásicos”. El grupo PRISA cada día que su diario EL PAÍS sale a la calle, tiene la oportunidad de aplicarse el código deontológico que le prohíba hacer negocio con la prostitución, donde se denigra a la mujer y al hombre. No pueden seguir manteniendo abiertos estas líneas de comercio, en su ya dilatada cifra de negocio. Como poderoso que es, todos le respetan y le temen y la autocrítica si la hubiera, se extirpa y la crítica de la competencia, se desprecia. ¿Qué valores defiende la Cátedra Jesús de Polanco? ¿Cómo va a respetar a la mujer si hace negocio con ella a costa de su dignidad? Día 8 de marzo de 2008.

09 La prostitución

“Porque tú pagas…”

Se dice con el mayor de los cinismos que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo. Una actividad que ha degradado al hombre y la mujer a lo largo y ancho de la historia de la humanidad. Donde el hombre ha sido el verdugo y la mujer la víctima. Es una trama perversa donde se comercializa con una mercancía que no se ve y tampoco se toca y mucho menos se puede pagar, que es el humanismo. Hay sociedades que han protegido a las prostitutas legal y sanitariamente, pero no han sido capaces de devolverles la dignidad como personas. España dispone de una de las legislaciones más avanzadas en logros de igualdad. Es insostenible que bajo ningún aspecto, se incluya hipócritamente la prostitución como una transacción comercial y se anuncie como una mercancía más. En aras de la libertad personal. Sin embargo, hay diarios que anuncian que “No admite anuncios de prostitución”, otras instituciones proclaman, “Porque tú pagas existe la prostitución” y a otros se les puede atribuir que, “Porque tú cobras existe la prostitución”. No olvidemos que la estructura mercantil de la prostitución permite, que cuando un cliente paga a un prostituta, está pagando también al medio que anuncia el negocio, al proxeneta que explota a las prostitutas, al chulo que las esclaviza, al capo del tráfico de blancas, al explotador de menores y una cadena sinfín de intermediarios que vejan y hacen más indigna la condición de prostituta. Es curioso pensar que pueda parecer mal sonante llamarles putas y sin embargo imaginemos lo que encubre las buenas formas de los anuncios: “Sólo alto standing”, “Relax”, “Adultos” y quién en el siglo XXI es capaz de soportar que se diga de un ser humano: “40 chicas cuidadosamente seleccionadas”. El libro más corto del mundo cuenta que: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Héctor Monteagudo Ballesteros. Bien podría ser el relato más corto sobre la degradación de la mujer. Día 9 de abril de 2008.

10 La nueva Defensora del lector

Milagros Pérez Oliva: Reciba mi más cordial felicitación por su nuevo nombramiento de defensora del lector de El País. Se constata que su función pedagógica refuerza, si cabe, la nobleza de su nueva función. Ajena a intereses comerciales y libre del corporativismo empresarial. Mi carta no sé si es un ruego, una súplica o un amparo, pero está llena de esperanza. El Libro de Estilo ha sido una guía indiscutible dentro y fuera del grupo PRISA, para todo aquel tocado por la vocación periodística en todas sus expresiones. Es mi deseo que me conteste si con el Libro de Estilo en las manos, hay alguno de sus enunciados que defienda la publicidad que de la prostitución hace EL PAÍS. Le adjunto un zip con todos los intentos realizados, ante sus predecesores. Adjunto a continuación la última carta.
“Un imperio de ética: PRISA
La apertura del curso 2009 de la Escuela de Periodismo, colaboración entre la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS, fue una lección magistral donde la "honestidad y la integridad", marcaron la pedagogía del periodismo actual. Se presentó la objetividad como valor divino, apostando por "los periodistas preparados, comprometidos y formados en valores deontológicos". La deontología es una palabra de contenido muy amplio. Si se aplica a las editoriales del periódico, los artículos de fondo y el enfoque de las noticias, supone un compromiso con el lector, donde el medio se juega su credibilidad. No se puede hilvanar una línea ética que enganche al lector desde el primer titular hasta el final de la última página; haciendo un paréntesis en la publicidad que EL PAÍS hace cada día en las ofertas sobre la prostitución. Convirtiendo un tema tabú en todos los debates de todos los programas de participación del grupo PRISA. Todos los doctos profesionales de la Escuela de Periodismo son conocedores de que es incompatible su lección inaugural con la línea de negocio de la prostitución. Me imagino que esta apertura de curso de rango universitario, estaría precedida del himno del Veni Creator Spiritus y clausurado con el Gaudemus Igitur. Este ropaje no puede dar cobertura a un negocio que va contra la igualdad y dignidad del hombre y la mujer. Es posible, quizás, que el ponente John Carlin, ignorara que al mencionar a los periodistas como "narradores de historias" y a su oficio como "una de las profesiones más antiguas del mundo", estaba omitiendo que en las páginas interiores de EL PAÍS, allí se encuentran los anuncios que publicitan, otra de las profesiones, también, más antiguas de la historia, como es la prostitución. Todas las variantes del negocio: prostíbulos, oferta de señoritas, contactos de alto nivel, mercado del sexo en suma. Y hasta es posible que este diario globalizado, se haga eco de sucesos acaecidos relacionados con el tráfico de emigrantes engañadas y con la trata de blancas. Cuando el origen del drama y la tragedia está en sus anuncios y parte de ese dinero en sus arcas. Si el Defensor del Lector calla ante mis innumerables cartas y el resto de profesionales del grupo PRISA están amordazados, quién denuncia, ante los alumnos, la farsa de la inauguración del curso 2009 en la Escuela de Periodismo”. Día 22 de febrero de 2009.

11 Ministerio de Igualdad

C Ciudadana 
paraPedro Taracena 
fecha26 de febrero de 2009 11:24
asuntoRm: PUBLICIDAD DE LA PROSTITUCIÓN EN LA PRENSA
enviado pormigualdad.es
ocultar detalles 26-feb (4 días antes) Responder



Estimado Sr. Taracena.

Hola, buenos días,
Hemos recibido su correo en el que denuncia el uso y abuso que hacen de la línea de negocio de los anuncios de la prostitución el diario EL PAÍS, del grupo PRISA. Considera que si se quiere luchar de forma integral contra la explotación de las mujeres y la violencia de género, habría que prohibir tales anuncios.
Tomamos muy en cuenta sus razonados argumentos y reflexiones, con los que coincidimos, y agradecemos su iniciativa y propuestas.
Con saludos muy cordiales, quedamos a su disposición.
Concha Gavarrón.
Jefa de Área de Comunicación Ciudadana.
Ministerio de Igualdad.

INSTITUTO DE LA MUJER

Día 2 de marzo de 2009.

12 Bibiana Aído

Ministra de Igualdad
Público, Domingo 8 de Marzo de 2009.

“Y la lucha contra la trata de mujeres es uno de los mayores retos de ese nuevo feminismo...
Sí, lo es, aún hay mucho que hacer al respecto. El otro día le contaba a la ministra sueca de Igualdad que habíamos aprobado un plan integral contra la trata, que le dedicábamos 48 millones de euros, que contaba con 61 medidas... Y después de escucharme, me preguntó cómo habíamos podido aprobar ese plan en un país en el que la mayoría de los periódicos incluyen anuncios de prostitución, detrás de los cuales están las mafias. Esto no pasa en la prensa seria de ningún otro país de Europa. Es deleznable y hay que luchar contra ello. Estamos en conversaciones con algunos medios para ver si podemos avanzar. La decisión es difícil desde el punto de vista económico, en un momento de caída de la publicidad, pero como decisión ética, es muy fácil”.

El grupo PRISA, no puede seguir dando la espalda a la ética o de lo contrario, sus editoriales no serán creíbles. Día 8 de Marzo de 2009.


13 Cuarto Poder

Ya es público y notorio que en las democracias modernas, a los Medios de Comunicación se les considera el CUARTO PODER DEL ESTADO. Pero este poder no tiene control por parte del pueblo al cual pretende servir. En España:

El Poder Legislativo es elegido cada cuatro años por el pueblo. El control se renueva con las elecciones a Las Cortes Generales.
El Poder Ejecutivo sufre el control del Parlamento que representa la soberanía nacional.
El Poder Judicial, está sometido a la ley y a los jueces. Y se puede recusar a un juez cuando su conducta esté bajo sospecha. Y el Derecho Procesal en España garantiza la limpieza y el respeto de todos los derechos del acusado. Sin distinción.
El cuarto poder, fáctico y en minúscula, lo ejerce los medios de comunicación. Pero ¿quién controla a los medios? Sólo los jueces bajo denuncia de los ciudadanos. Su corporativismo les protege y les deja inmunes a cualquier crítica. Para ellos el derecho a informar es ilimitado, exclusivo y excluyente. Y el derecho a la libertad de expresión está por encima de la dignidad de la persona. Su objetivo no es informar lo más objetivamente posible. Ellos consagran su quehacer diario a la noble tarea de cazar el titular con más garra. Sin importar la forma y menos su contenido. Y si este titular tiene tintes de exclusividad, el trabajo es perfecto. Podemos aceptar que no hay prensa independiente porque todos están sujetos a la línea editorial de cada medio. Y en esta riqueza de opciones, el ciudadano compara, discrepa y se forma una idea más cercana a la realidad. Entonces ¿quién controla a los medios? Y la contestación es una vez más: nadie. Con el caso de los anuncios de prostitución ha saltado la evidencia. Seguidamente trascribo la correspondencia mantenida con la Defensora del Lector de El País. El negocio por sucio que sea, prima más que la calidad de los contenidos. Las fotos explícitas de la prostitución en el mercado de El Borne en El Rabal de Barcelona, es un esperpento, cuando se comprueba que el mismo diario hace publicidad de la prostitución en sus páginas. Un negocio más en el mismo cuadernillo donde se ofrece la guía comercial completa. El silencio del resto de los medios, es cómplice. Los lectores sólo podemos dejar de comprar el periódico y el Gobierno y el Parlamento sólo les sugieren que se AUTOCONTROLEN. Con la agresión que la prostitución supone para la mujer y el Ministerio de Igualdad en silencio, podemos jubilar a la ministra.

Secuencia de una evidencia

Primer Mensaje

De: Lector a Defensora del Lector
Asunto: SOS DEFENSORA

Señora Defensora del Lector de El país (Grupo PRISA)

Es mi deseo que acuse recibo, por cortesía, de mis innumerables mensajes.
De otro modo estaría demostrando que es defensora del Grupo, no del lector.
Con todo respeto, atentamente.
El Lector

Segundo Mensaje

Defensora el pais.es 
Para: El lector
fecha10 de septiembre de 2009 17:49


Asunto: SOS DEFENSORA



Apreciado Sr. Lector: Creo que usted está convencido de que soy defensora del Grupo Prisa de manera que acepte esta respuesta, no como un intento de convencerle de nada, sino como una muestra de respeto a sus consideraciones. Comprendo que no comparta el contenido de mis artículos ni la forma en que realizo mi función. Es su derecho. Yo por mi parte trato de hacer mi trabajo con la máxima honestidad y desde luego dispongo de total independencia. Lamento que haya llegado usted a la conclusión de que estoy aquí para defender al grupo. Esto es algo con lo que ya contaba: para los de afuera soy demasiado de dentro, y para los de dentro soy demasiado de afuera. Sin embargo, puedo asegurarle que desarrollo mi trabajo de una forma absolutamente libre. Entiendo que no esté de acuerdo con la forma en que me expreso o resuelvo los asuntos. Pero es mi forma de ver las cosas. Y no voy a cambiar mi forma de ejercer el cargo, pues lo hago con toda la convicción. No necesita usted culpar al grupo de lo que yo diga. Yo soy la única responsable.
Saludos muy cordiales,
Milagros Pérez Oliva

Tercer Mensaje

El Lector
Para: "Defensora elpais.es" 
fecha10 de septiembre de 2009 20:26


Asunto: SOS DEFENSORA



Apreciada Sra.Pérez Oliva: Muchas gracias por acusar recibo de mi reclamación. Le agradezco todas las explicaciones que me ofrece, pero al margen de que su función pueda ser discutida por ambas partes: El público y el medio. Mi denuncia sigue siendo la misma y nada tiene que ver con la problemática de la función que desempeña. He mencionado el grupo PRISA por su corporativismo. Pero en particular su aptitud frente al diaria El País, sigue siendo de sumisión a la línea editorial, en una materia que usted, no puede, no quiere o no le conviene transmitir públicamente que un lector denuncie la línea de negocio sobre la prostitución. ¿Por qué sí ha hablado de ello el diario Público? Porque Público ha renunciado a la publicidad de la prostitución. Y El País tiene a sus colaboradores amordazados sobre este tema. No se trata de una opción libre de la Defensora del Lector, es una imposición. Y habrá, yo no lo dudo, quien a nivel personal aplaudan los anuncios sobre la prostitución, espero que no sea su caso.
Gracias por todo y usted personalmente reciba mis más profundos respetos.
El Lector

Día 10 de septiembre de 2009.

14 Mensaje para Mónica Ceberio Belaza

Tu amplio artículo sobre el contenido de la exposición “Journey” con la participación de la actriz Emma Thompson, es una lección magistral contra la explotación del ser humano, sobre todo niñas, niños y mujeres. Prostitución en suma bajo todas sus formas, perversas todas ellas. La manera en la cual se ha presentado esta denuncia plástica, alberga una vocación pedagógica y didáctica. Ninguna observación que hacer referente al hecho de que se haya presentado en el corazón de Madrid, el Parque del Buen Retiro, con el apoyo oficial y popular. Pero sí es preciso hacerte alguna observación a la hora de elegir El País para presentar tu trabajo. El titular firmado por ti, “Viaje al fin del tráfico de mujeres” se extiende en las páginas 4 y 5 del cuadernillo de Madrid y en la última página concluye con el desayuno con… Emma Thompson. Pero debes de ser conocedora de que en el mismo periódico, concretamente en las páginas 9, 10 y 11 del mismo cuadernillo, El País dispone de una línea de negocio con la publicidad sobre la prostitución. Concretamente el enunciado de Clasificados, capítulo 3 bajo el eufemismo de servicios.
Si consultas la Web correspondiente http://www.clasificados.elpais.com/ encontraras todos los contenidos de clasificados, menos la publicidad sobre la prostitución. Es elocuente que sólo se publicite la prostitución en el diario impreso, más discreto. Esta paradoja en la cual tú has colaborado, supone un monumento a la hipocresía, a la perversión y al cinismo. Ignoro si tú has elegido el diario en cuestión. Tampoco consta que el medio haya sido quien te ha elegido a ti. Puede ser que ignores que estos anuncios están integrados en la prostitución que has pretendido denunciar. Quizás hayas caído en la ingenuidad de creer que siendo legal este negocio de publicidad, también fuera justo. Se me presentan más interrogantes; Si tú y el resto de los periodistas que denunciáis esta podredumbre hubierais negado vuestra complicidad, ¿El País hubiera renunciado a este lucrativo negocio? Y por último, tú ¿estabas al corriente de todo y has dado tu consentimiento, pensando que es compatible tu denuncia con la publicidad sexual? No obstante, no temas porque esta carta jamás será publicada por El País. En este caso te protege la inmunidad corporativa, de El País y de todo el grupo PRISA. Mi objetivo es que ejerzas en privado conmigo el derecho de réplica, sólo en conciencia. Pero me reservo el agotar todas las posibilidades de denunciar el negocio que tiene montado El País sobre la prostitución. Te adjunto las denuncias silenciadas por el Grupo Prisa. Con todos mis respetos a tu persona y al magnífico trabajo desarrollado, recibe un afectuoso saludo.

Día 12 de diciembre de 2009

Puntualización:

CLASIFICADOS EL PAÍS. 3 servicios: clasificados el país.com La pantalla que ofrece este menú, omite el número en todos los apartados y oculta el partado 3 color marrón que corresponde a los anuncios sobre la prostitución. Sin embargo, en la versión impresa este capítulo se presenta íntegro.

15 Tribuna

TRIBUNA: MILAGROS PÉREZ OLIVA

Prostitución, una esclavitud no tan invisible
Un trabajo de investigación sobre el auge de las mafias que trafican con mujeres abre un intenso debate sobre la legitimidad de publicar anuncios de contactos.

MILAGROS PÉREZ OLIVA 24/05/2009

Los lectores pueden dirigirse a la Defensora del Lector al correo electrónico defensora@elpais.es o llamar al teléfono 913 378 200.
Lo que venía siendo un goteo suave pero sistemático se ha convertido en los últimos días en un chaparrón. Me refiero a las cartas de lectores que consideran impropio de EL PAÍS publicar anuncios de contactos sexuales. El diario publica una media de tres páginas diarias de estos anuncios, a las que hay que añadir la última página de El País Semanal, en la que aparece una estridente amalgama de ofertas que abarca desde "los vídeos más calientes" a "intercambio de parejas", "guapos gay" o "chicas con chicas", y hasta una "maestra del dolor". En los últimos meses, esa página ha sido motivo de frecuentes críticas. José Manuel Llovet, por ejemplo, dice no recordar "un domingo sin leer El País Semanal desde que salió". Lo considera una buena revista, pero no le parece aceptable que publique "anuncios pornográficos". "Tengo hijos pequeños, y no me gusta que vean ese contenido", dice. Macarena Pla es más expeditiva: "Tengo dos hijas, de 15 y 13 años. Cuando El País Semanal llega a mis manos, miro la contraportada, y al comprobar que siguen anunciando pornografía, lo tiro. Éste es el pobre boicot que puedo hacer". También Miguel Martínez y Carmen Romero arrancan esa página para evitarle a su hija de ocho años unas imágenes que en su opinión, como en la de Silvia Llopis o Joaquima Utrera, son impropias de este diario.

Al otro lado del teléfono del anuncio puede haber un explotador sexual
La de estos lectores es una discrepancia desde la lealtad. Les gusta EL PAÍS, lo consideran un buen periódico y se identifican con su línea editorial, pero se sienten defraudados por algo que creen que no es digno ni del diario ni de sus lectores
A partir del domingo, sin embargo, las críticas arreciaron. ¿Más anuncios? No. Todo lo contrario. El detonante fue la publicación de una excelente serie de reportajes de Mónica Ceberio y Álvaro de Cózar que, bajo el título de La explotación sexual en España, mostraba los horrores de la "esclavitud invisible" en que se ha convertido la prostitución. Se trata de un trabajo de investigación para el que los lectores no han escatimado elogios. Ése es el tipo de periodismo en profundidad que esperan de nosotros. Pero precisamente por la contundencia de la denuncia, su publicación puso de manifiesto lo que muchos lectores consideran una contradicción: "Celebro que EL PAÍS trate un tema tan delicado, injusto y doloroso", dice María José Martínez Vial. "Sin embargo, me cuesta mucho entender que el mismo periódico que denuncia la esclavitud de las mujeres dé cabida a anuncios mucho más que denigrantes". "El mismo medio que hace la denuncia trata a las mujeres como mercancía", añade, algo que también suscribe Laura Cardenal. Esther de la Rosa pregunta: "¿Acaso no saben que detrás de muchos de esos anuncios se encuentran las mismas mafias a las que aluden los reportajes? ¿Acaso no es contradictorio escribir sobre este drama invisible y lucrarse con él?". En parecidos términos se expresan Carmen Baudín, Pedro Taracena, Damián Barranco o Selina Blasco. "Tengan valor y sean consecuentes con su supuesta línea editorial", concluye Luis Martín Cebollero. Éste es un viejo debate en la Redacción de EL PAÍS. Y también en su Dirección. Por eso le he pedido a Javier Moreno una explicación. El director ha delegado en el subdirector Carlos Yárnoz, cuyo comentario refleja el estado de la discusión interna: "La sociedad española no ha resuelto el debate sobre la prostitución y el mundo que lo rodea. El Gobierno, por ejemplo, ha renunciado a prohibirla o regularla, pese a las numerosas comisiones o estudios que ha elaborado. Ojalá hubiera una clarificación al respecto y, sin duda, el periódico cumpliría la ley como lo ha hecho siempre", dice.
"Salvando las distancias obvias", añade, "es lo que ocurrió con la publicidad del alcohol o del tabaco. Pero en este caso nos encontramos con una situación de alegalidad y, antes de adoptar posiciones prohibicionistas, también en la propia prensa debiera plantearse un debate más profundo y no sólo testimonial. En nuestro propio periódico existe esa discusión incipiente, que va creciendo poco a poco, y en su momento tendremos que plantearlo más profundamente. Como hemos planteado de manera amplia y rigurosa la serie de informaciones de denuncia de la escandalosa explotación de la mujer, de la que los medios apenas se han ocupado, y que surgió precisamente de una conversación de la subdirectora Berna G. Harbour conmigo".
Puesto que las puertas parecen abiertas a una revisión, sería bueno tener en cuenta que la realidad se está precipitando. Nuevos factores han cambiado el paradigma y apremian para que se tomen decisiones valientes. Ya no podemos seguir hablando de la prostitución como de una actividad alegal, en la que alguien ofrece libremente servicios sexuales. Como dice el reportaje, es una forma de esclavitud que no para de crecer. Si el número de prostitutas se cuenta por cientos de miles, si entre el 85% y el 90% son extranjeras y si una gran parte de ellas, según los informes policiales, ejercen forzadas por amenazas y agresiones que les hacen decir cosas como que su vida vale lo que vale la deuda que tiene con su madame, no es difícil deducir que al otro lado del teléfono que aparece en los anuncios que publicamos puede haber un explotador sexual, y tal vez incluso un asesino.
La prostitución siempre se ha nutrido de la pobreza, pero esta nueva esclavitud está ahora en manos de poderosas mafias internacionales, cada vez más violentas, que trafican con mujeres, con armas y con drogas. ¿Qué garantía tiene el diario de que esas atractivas chicas que se ofrecen en sus páginas no son esclavas sexuales de esas mafias? El que la prostitución no esté prohibida no significa que los medios no tengamos responsabilidad. Y aquí entra en juego un nuevo factor a considerar. Conforme la realidad se vuelve más cruda y más cruel, también aumenta la sensibilidad social. Cada vez es más difícil mirar hacia otro lado. Y la misma sensibilidad que lleva a muchas personas a dejar de comprar zapatillas deportivas fabricadas por manos infantiles o consumir perca del Nilo por la forma en que se pesca puede considerar intolerable que haya discrepancia entre lo que un diario proclama y lo que hace. Si muchas entidades financieras, empresas y grandes multinacionales se han visto obligadas a acuñar términos como banca ética, comercio justo o responsabilidad social de la empresa, es porque cada vez hay más ciudadanos a los que no les da igual cómo se consiguen los beneficios.
Ése es el signo de los tiempos que vienen, y ésa es la sensibilidad que predomina entre los lectores que estos días me han llamado. ¿Son estos lectores un reducto de fundamentalistas de lo políticamente correcto? Valorarlo así podría ser un error. En todo caso, son los periódicos españoles, con apenas cuatro excepciones, los que constituyen un reducto muy alejado de lo que, en este asunto, consideran buenas prácticas nuestros colegas europeos. Diarios como el Frankfurter Allgemeine, Le Monde, Daily Telegraph o The Guardian no publican este tipo de anuncios. De hecho, la mayor parte de los diarios serios no los publican. The International Herald Tribune tomó la decisión de suprimirlos en 2003 al considerar que mantenerlos era incoherente con su línea editorial.
No quiero, queridos lectores, que por tratar de ser ponderada en mis argumentaciones, crean que soy ambigua. Esta Defensora considera que esos anuncios no deberían publicarse en este diario. Sé que se trata de una muy vieja polémica y que los tiempos de crisis que vivimos no son los más propicios para tomar una decisión de esta naturaleza. Pero teniendo en cuenta que la vicepresidenta del Gobierno se ha mostrado dispuesta a intervenir para que la prensa deje de publicar anuncios de contactos, tal vez fuera buena idea acelerar el debate. Mejor dar ejemplo, como hemos hecho otras veces, que actuar obligados. El artículo 1.29 del Libro de Estilo nos proporciona una buena analogía: "La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que contribuyan a su difusión". Si esto forma parte de nuestros principios, con mucha más razón debería figurar el de no contribuir con anuncios de contactos a una actividad que, además de denigrar a las mujeres, las convierte en esclavas.

Este ensayo estuvo publicado en La Comunidad de El País.

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