sábado, 11 de diciembre de 2010

EL GRAN TEATRO DEL MUNDO

La diplomacia corrompida del imperio
Con la Historia en la mano, la diplomacia ejercida por los EEUU, con las provincias de su imperio, ha sido de vasallaje en el mejor de los casos y de dependencia, represión y de imposición, la mayoría de las veces. Sobre todo con el Tercer Mundo; quitando presidentes constitucionales y poniendo y desarrollando dictaduras. La naciones del imperio no han sabido o podido mantener unas relaciones de igualdad, respetando, soberanía e independencia. La divulgación de Julian Assange a través de Wikileaks, del estilo diplomático de los cónsules, no ha descubierto nada que no hayamos sabido o intuido. Sería en justicia recíproca conocer las delicadezas diplomáticas de los países vasallos, en su relación con la corte imperial. Hasta aquí la puesta en escena ha supuesto un jaque en todos los flancos diplomáticos del presidencialismo americano. Tampoco creo que la sangre llegue al río. Pero quien se está colocando todas las medallas y apuntando todos los tantos en España, es la prensa escrita y sobre todo el periódico El país. La prensa internacional, es verdad que está para informar y criticar al poder, pero tampoco se pueda negar que es el cuarto poder, en este mundo globalizado, y como tal ejercen su función sin ningún control. Los medios a nivel mundial lejos de ser independientes, sirven los intereses financieros, económicos y políticos de terceros entes, que se constituyen como grupos de presión. La puesta en escena de este escándalo diplomático en España, ha corrido a cargo del Grupo Prisa. Los nuevos dueños de El País, con el 70% de las acciones, han propiciado que Liberty Acquisition Holding, su nuevo jefe, propicie considerar al periódico de Polanco y Cebrián, entre a tomar parte de los grandes periódicos, elegidos para la distribución de los desmanes diplomáticos de los embajadores del imperio. Sería un error admitirles que están haciendo un trabajo periodístico de primera magnitud, como afirman los heraldos del medio. Están gestionando o manipulando toda la ingente información que Assange ha puesto en sus manos, para cumplir sus tres objetivos preferentes: Dirigir la agenda del Gobierno y la oposición, conseguir la exclusiva y por último divulgarlo en primicia. En esta película no podemos establecer una secuencia simple de buenos y malos. Donde los malos son los americanos y los buenos son Wikileaks, su creador y los medios. La información emanada en su origen es suficientemente evidente que no necesita intérpretes, y mucho menos guardianes. Es falso que el equipo de periodistas esté tamizando los documentos para evitar que alguien corra peligro. Sería la primera vez que al periodismo esos detalles le importaran. El País está tratando de explotar con el mayor rendimiento económico el botín, que le ha proporcionado la prensa yanqui, sin duda, por influencia de Libertty Acquisition Holdings, su nuevo propietario. El objetivo de los ciudadanos del mundo es que los documentos liberados por Wikileaks, fluyan con toda libertad para acosar en lo posible a la arquitectura imperialista de los EEUU de América. Y los Estados del imperio debían de cuestionar su vasallaje y pedir cuentas de los desmanes diplomáticos de sus representantes diplomáticos. La alta tecnología de comunicación, la diplomacia y la seguridad, han demostrado su torpeza e ineficacia. La mayor seguridad para que un cable no se filtre, es no ponerle. Por todo ello: ¡Libertad para Julian Assange! Y libre circulación sin intermediarios periodísticos (Cuarto Poder) de los documentos de Wikileaks. Pedro Taracena Gil



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