lunes, 18 de abril de 2011

AGUIRRE, GALLARDÓN, MAYOR Y COMPAÑÍA

He aquí una muestra de la genuina y rancia derecha española. Los tres tienen sus raíces en el perfil de su fundador, Manuel Fraga Iribarne. Cada cual camuflado bajo el adefesio esperpéntico de su disfraz democrático y constitucional. Esperanza Aguirre, liberal e intencionadamente ilustrada. Maestra en las artes de entregar a manos privadas, aquello que es propiedad pública. En Educación, es un escándalo la segregación que está pretendiendo con los alumnos más dotados, al revés de aquello que preconizaba la Institución Libre de Enseñanza, de Giner de los Ríos. Alberto Ruíz Gallardón, con esa mansedumbre de monje mendicante que le caracteriza, acaba de intentar, sin el más mínimo rubor, confinar a los ciudadanos marginados en plazas, parques y calles, en guetos municipales. Que pasan las noches en cajeros automáticos donde la usura, la codicia, la injusticia y la especulación les sirve de abrigo y cobijo. El gran hacedor de la M-30, aunque la haya degradado de autovía a calle, imagen más peatonal, ha rendido culto con ello al automóvil en detrimento de los servicios sociales del ciudadano. Sin olvidar los regalos que pretende hacer a la Iglesia (mini vaticano de las Vistillas); saliéndonos caro a los madrileños cada vez que acude a sacristías y procesiones. Y por último el más sincero de los tres es Jaime Mayor Oreja. Cuando asevera con vehemencia que: el franquismo es una etapa de “extraordinaria placidez”, está presentando su verdadero perfil sin máscara ni disfraz. Pero sus colegas del Partido Popular que son tan franquistas como él, solamente entregan su carta de identidad cuando se niegan a condenar el régimen genocida. Es decir, el franquismo-dictadura donde Fraga fue arte y parte. Ahora lejos de condenar aquel régimen de terror, pretenden impedir que los crímenes salgan de la impunidad. Pero Mayor Oreja debe saber que esa “extraordinaria placidez”, que para él es el fascismo sufrido en España, es el que ha provocado que muchos españoles estemos buscando a nuestros abuelos en fosas comunes, ejecutados después del final de la guerra. Exterminio que lo llevó a cabo el mismo que presidía el gobierno al cual perteneció Manuel Fraga Iribarne. Sus declaraciones son una provocación infame. Estos políticos en particular y los populares en general son falsos conversos a la democracia. Sin rechazar y condenar al franquismo, no es posible servir a la constitución y vivir sus valores.


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