GUERNICA
PICASSO
Nunca ha sido invadida la
antigua Iberia con una crisis como la
que está sufriendo en estos últimos cuatro años. Tampoco es posible encontrar a
un conjunto de ministros, incluyendo al premier,
que se jueguen su prestigio personal en el desempeño de su función, porque
nunca lo tuvieron. Han sido elegidos para no hacer sombra al jefe y lo han conseguido. Este grupo de
caudillos salvadores de la patria, solamente aporta parcas formas, torpes decisiones
y tercas doctrinas caducas. Escriben al dictado de la emperatriz de la ley
sagrada del mercado, y cometen toda clase de tropelías contra de justicia y los derechos de los
trabajadores, los parados y pensionistas. Con manidos eslóganes siembran el
pánico entre los ciudadanos, haciéndonos creer que estamos en el recto camino
de la tierra prometida. En el camino
a Ítaca de su eterno embuste. Pretenden epatar y emular a la derecha europea,
cuando ellos, los ministros franquistas
de Rajoy, son heredaros legítimos del caudillo,
que lo fue de España por la Gracia de
Dios; reciclados por FAES, es decir, por la Fundación para el Análisis y
los Estudios Sociales. Creada para pensar España. Todos los ministros, secuaces
del más fosilizado de los políticos españoles, tienen como cruzada, liquidar
con despótica holgura, el Estado del Bienestar. Confunden la mayoría absoluta
con la absoluta posesión de la verdad. Mientras este oscuro personaje dosifica
sus salidas a escena, abandona la gobernanza de la vetusta Hispania a sus hombres y mujeres de confianza, que hacen las cosas
como Dios manda y con sentido común. Pero sin olvidar la exposición al ridículo
y a la servidumbre que someten al pueblo español, a quien proclaman salvar. Cualquier
observador político puede detectar la baja representación de la vicepresidenta ante
las instituciones mundiales y EEUU. En el campo económico, el ministro de turno
ya no puede tapar por más tiempo las mentiras de Bankia y la pretendida
herencia envenenada, que hasta Merkel les encubre. En la diplomacia con el
Reino Unido es vergonzosa la falta de defensa de los españoles ante la hipocresía
británica. Todo el equipo de Gobierno ha aportado todo el desprestigio que su
bagaje les permitía para sacar a España de la crisis. En Educación es imposible
encontrar a otro ministro más ajeno a esta cartera.
Su hipocresía le hace el más adaptado
para conseguir los intereses de la derecha española, no la más recalcitrante,
sino la única que tenemos. La franquista de siempre. Este brillante equipo ministerial se ha propuesto derribar las leyes
progresistas que colocaron a la ancestral España a la cabeza de los países del mundo.
La mayoría absoluta obtenida por el Partido Popular la ha interpretado de forma
torticera. Ya se ocupó Aznar de predicar que estos derechos logrados por los
españoles eran un lujo y de ahí salió el eslogan perverso de que nadie puede
gastar más de lo tiene. Muchos ciudadanos no dudaron que Rajoy defendía,
también, el Estado del Bienestar y por eso motivo le otorgaron su confianza. Los
españoles no se merecen el Gobierno que tienen porque el pueblo ha sido
engañado. Para ese viaje no se necesitan
alforjas…
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