Es obvio el constatar que todos
los medios de comunicación, tanto privados como aquellos de titularidad pública,
están vendidos a los guardianes de la Transición, que es tanto como decir que
son miembros de LA CASTA, secuaces del
Partido Popular, lacayos del caciquismo franquista más rancio y pagados por el
capital que les financia. Dependen del poder político y económico. Practican un
corporativismo para protegerse de toda crítica y autocrítica. En una palabra, se
han constituido en el Cuarto Poder más sucio, perverso, embustero y
manipulador.
Los cuarteles generales de las
redacciones de la prensa escrita, proporcionan cada noche la propaganda a divulgar por los matinales audiovisuales, apoyándose en
las portadas de los cuatro periódicos más serviles: LA RAZÓN, ABC, EL MUNDO y EL
PAÍS. LA SER, LA COPE y las emisoras estatales, sirven también a la causa de librar a España de sus
enemigos. Sin embargo, España no se defiende de su propia mentira, apuntalada
por embustes y manipulaciones.
El escándalo que fabricó la prensa
con la encarcelación de LOS TITIRITEROS, acusados de apología del terrorismo de
ETA, fue planeado para sembrar alarma social y de paso atacar inmisericorde a la Corporación Municipal
de Madrid. Ahora con el archivo de la causa el mutismo es absoluto. La prensa franquista
y ramplona sólo le interesaba atacar a UNIDOS PODEMOS. Los métodos y formas son
lo de menos.
HEMEROTECA DEL ASUNTO
La Audiencia Nacional archiva definitivamente la causa por enaltecimiento del terrorismo contra los titiriteros
EL DIARIO.ES
El tribunal especial acuerda el archivo definitivo y envía el caso a un juzgado ordinario para que dirima sobre el delito de atentado contra los derechos fundamentales, para el que no es competente
Los dos artistas fueron acusados de enaltecimiento del terrorismo tras una representación con títeres en el carnaval de Tetúan
Siete meses después de enviarles a prisión sin fianza, la Audiencia Nacional ha confirmado el archivo de la causa por enaltecimiento del terrorismo contra los titiriteros Alfonso Lázaro de la Fuente y Raúl García. Su caso no acaba aquí, porque sigue pendiente el delito de atentado contra los derechos fundamentales, pero ahora será un tribunal ordinario, y no la Audiencia Nacional, quien determine si cometieron ese delito.
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