sábado, 24 de junio de 2017

EL CAMBIO DE POSICIÓN DEL PSOE EN EL CETA ES RAZONABLE EN INCLUSO NECESARIO



Por Isidoro Gracia

Exdiputado

La política no es algo a jugar y juzgar en el corto plazo, es también mucho más que ciencia económica, y sobre todo no es una cuestión de fe, ni una religión.
El cambio de posición del PSOE en el CETA (Tratado Comercial U.E. Canadá), en principio lo que se anuncio fue que se iba a revisar por la nueva dirección, y no se iba a apoyar, produjo reacciones  a las que asisto con estupor, al ver cómo algo que exige razonamiento político, y no solo a corto plazo, se está tratando, como cuestión de fe, que es algo que se prodiga últimamente. Si se está a favor todo son bondades y es el modelo a seguir en el futuro en todo tratado a firmar por la U.E. (Juncker dixit). Si se está en contra, es una cesión en todo desde renunciar a sagrados convenios de la OIT, a los tratados de protección del medio ambiente, y una cesión intolerable de soberanía popular hacia las multinacionales.
El tema no está claro y admite matices, estudiemos un poco el asunto antes de juzgar el cambio en la posición del PSOE.
Algunos datos: En el Euro-parlamento la votación fue 408 a favor, 254 en contra y 33 abstenciones. Tanto en los votos a favor como en los votos contrarios, hubo alguna división en los grupos principales, es decir no hubo unanimidad ideológica a la hora de la decisión.
Y la clave parece estar en que no hay que olvidar las posibles repercusiones en el otro gran acuerdo, ese que se ha llevado tan en secreto y que ha dinamitado Trump el TTIP.
Cierto es que, respecto a EEUU, Canadá es algo más protectora en medio ambiente y más respetuosa con los acuerdos de la OIT, pero también menos exigente en temas alimentarios que la UE. Pero en todos los terrenos no hay que olvidar las múltiples empresas filiales o con cruce de participaciones entre empresas de Canadá y EEUU, lo que llevaría a un efecto "Caballo de Troya" a pesar de no existir acuerdo U.E.- U.S.A
Pero el punto más controvertido, y sobre el que hay que mandar el mensaje de que se está sobrepasando algún límite, es el de acceder a que en vez de la Justicia de los países involucrados, incluidos los tribunales europeos, cedan la soberanía a entes creados "ad hoc" cuando las grandes corporaciones lo estimen conveniente. En términos utilizados por las muy respetables organizaciones que combaten este tipo de acuerdos, entre ellas fuerzas sindicales con un histórico y acreditado servicio a los trabajadores:   “El CETA busca una restricción deliberada de la soberanía democrática y del margen de maniobra política de gobiernos y parlamentos”
Así que según mi modesta opinión, que la nueva dirección del PSOE se replanteara cual es la posición del partido era una necesidad, si se quiere empezar a indicar las tendencias futuras de sus propuestas programáticas.
Para alguien que quiere ser gobierno no es conveniente renegar del cumplimiento de las obligaciones internacionales asumidas previamente, pública y democráticamente, por el Estado y la U.E, por lo que el voto negativo no es una opción, pero la abstención sirve para mandar un mensaje claro sin comprometer la credibilidad del Estado. Y el mensaje es que en un futuro el PSOE no aceptará pasar ese límite, y eso ha quedado claro, muy claro, por cierto coincidiendo esa posición con bastantes de los pocos socialdemócratas que quedan.
Otro tema es la carencia de comunicadores, o el excesivo número de ellos, capaces de explicar lo que a la vista de personas formadas e informadas (tampoco es necesario ser experto, solo poner algo de interés en el estudio de los problemas) vamos a comprender y apoyar.
Las reacciones de los creyentes en el inexistente "libre mercado" deben darse por asumidas, y las de los adversarios  que hacen la competencia al PSOE en el mismo espacio político respetarlas pero demandando un respeto similar.


1 comentario:

  1. No seré yo quien discrepe de los razonamientos muy cualificados del exdiputado Isidoro Gracia. Pero aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me acojo a su evocación de los aspectos dogmáticos de ciertas cuestiones que no dejan de ser cuestiones políticas, discutibles y mutables. El PSOE abrazó el dogma de la unidad de España. Fue cómplice de introducir en la Constitución el tema de la única nación española y la indisoluble unidad de la Patria, del Estado y de la Nación. De la forma que se han tratado estos términos en la Carta Magna, tienen más de dogma de fe que de derechos humanos. Empecinarse en “no romper España” cuando está hecha añicos desde 1936, es elevar el testamento de Franco a la categoría de Artículo de Fe. No olvidemos que Franco encomendó al entonces príncipe títere, Juan Carlos de Borbón, su testamento de que ESPAÑA ES UNA GRANDE Y LIBRE.
    El nuevo y flamante PSOE, ahora, desea olvidar su colaboracionismo con la derecha franquista y apegarse a la izquierda que siempre odió. El “no es no”, dedicado al ínclito Rajoy, se ha roto ante el llamamiento del PP para que se una en su cruzada para defender la unidad de España.
    ¿Por qué y cuáles son los motivos para no cuestionar, también, los temas del conflicto? La Jefatura del Estado; la bandera monárquica o la bandera republicana; lengua materna, lengua nacional o lengua cooficial; himno nacional actual o himno republicano; bandera nacional y banderas de las naciones. Estos temas fueron metidos en la Constitución “con calzador” y el Tribunal Constitucional, mutiló el Estatut al dictado del Gobierno, que los catalanes se habían dado y que se encontraban semánticamente dentro del Estado Español. Ahora el PSOE decide volver a los brazos del PP para que España no se rompa. Cuando Pedro Sánchez, una vez que ha roto con los caiques de su partido, debía dejar que el torpe, parco, terco y embustero Rajoy, sea quien convoque, reúna, dialogue, acuerde y pacte, con todas la fuerzas políticas.
    ¿O es que después de agotar las vías jurídicas, Pedro Sánchez, apoyará que los tanques y el Gobierno, defenestren a la Generalitat?

    ResponderEliminar