Por
Pedro Taracena Gil
Deformación de la realidad: La libertad como único motor de su programa. “Que cada cual haga lo que le dé la gana”. Cualquiera otra interpretación de la palabra libertad es comunismo. Libertad para elegir el colegio privado concertado. Libertad para priorizar la economía sobre la salud pública. Y todo lo privado impera sobre lo público. Libertad para ir a las Corridas de Toros, para asistir a la Santa Misa, para ir a tomar una o más cervezas con los amigos. El Esperpento Ayuso fomenta una exageración grotesca de la vida diaria de los madrileños. Una tragicomedia en tiempos de Pandemia…
Fusión de la historia y la ficción: Madrid imprime carácter y ofrece un atractivo que determina vivir un estilo exclusivo y excluyente. Madrid es un Paradiso Fiscal, es un área de acogida de franceses que vienen al turismo de museos y ambiente de la ciudad y de paso Madrid fomenta un turismo de borrachera y de pisos turísticos que burlan el confinamiento. De esta forma la ínclita dama del Madrid genuino satisface al amplio sector turístico. Aunque si hay contagios del Coronavirus es responsabilidad del Gobierno, porque Barajas es un coladero del virus. El Esperpento Ayuso llega a uno de sus puntos álgidos cuando inaugura el macro hospital Isabel Zendal, vacío y obligando a los sanitarios a ser trasladados bajo amenazas. Madrid es libertad y sobre todo es verdad…
Obras tragicómicas: “La tragicomedia es el subgénero de los esperpentos ya que nos ofrecen una visión de la realidad, de la condición humana y de la historia que se mueve en el hilo fino entre la tragedia y la comedia”.
El Esperpento Ayuso tiene una vertiente de tragicomedia, porque mantiene una perversa visión de la Sanidad Pública, de la asistencia a las Residencia de la Tercera Edad y los recursos sanitarios públicos para combatir el Coronavirus. Sin olvidar su vocación negacionista del nivel dramático de la Pandemia. Situando a Madrid como uno de los puntos que permanece en la cola de los malos resultados del Covid-19. Aunque la heredera de Aguirre y Cifuentes, está satisfecha porque su estilo de vivir Madrid ha quedado avalado por los resultados del 4 M
Los voceros del Régimen y los boceras del Reino, ya han validado el diseño esperpéntico de la diosa Ayuso, porque está avalado por la mayoría absoluta de los votos de los ciudadanos, que vivimos en la Comunidad de Madrid. Estos impostores del periodismo no les interesa cuestionar tan grave situación, porque ellos toman parte cómplice del Esperpento Ayuso:
Validar el Esperpento Ayuso por la mayoría de los madrileños, supone que los crímenes cometidos por el abandono de los ancianos en las residencias de los fondos buitre, son simplemente mentira.
Validar el Esperpento Ayuso supone que las Colas del Hambre y la pobreza infantil, son mentira.
Validar el Esperpento Ayuso es negar la realidad de los vergonzosos asentamientos de La Cañada Real. Si no se mencionan es que no existen.
Validar que los hospitales de Madrid no mantienen un déficit histórico de médicas, médicos, enfermeras, enfermeros y personal de ambulancias, higiene y limpieza. Todo esto, es mentira porque la mayoría aplastante ha dicho sí, al Esperpento Ayuso.
Que nadie condene en los medios convencionales prensa, radio y televisión, que el Esperpento Ayuso es un drama de dimensiones nacionales y el seguir dos años más es una burla a los que sufren, y que solamente beneficia a los empresarios, sobre todo a los hosteleros. La línea editorial de los impostores del periodismo está al servicio del statu quo del Régimen del 78.
En honor a la verdad el Esperpento Ayuso es la punta del iceberg, porque el resultado de las elecciones del 4 M refleja un pueblo socialmente enfermo, insolidario, y que adora al mismo Becerro de Oro que sus opresores y explotadores. Los españoles en general y los madrileños en particular, cuando votamos PP, C`s, o VOX, estamos ocultando nuestro Síndrome de Estocolmo. Es cuestión de ideologías, y de ideologías fanáticas, porque se votan claramente opciones de tiranía, explotación, engaño y de esclavitud. El liberalismo español de la derecha nada tiene que ver con el liberalismo de Mariana Pineda, que dio su vida por la Libertad.
Nadie ha recordado en la campaña electoral la Declaración Universal de los Derechos Humanos y mocho menos la Constitución Española.
En España tenemos dos asignaturas pendientes:
Confundimos de forma perversa la legitimidad con la legalidad y la legalidad con la justicia.
No podemos olvidar que, aunque formalmente presumirnos de una democracia completa, no es verdad. Porque no hubo ruptura con la Dictadura. El Ejército, la Iglesia, la Justicia, la Policía, los Medios de Comunicación públicos y de titularidad privada, es evidente que tienen reminiscencias del franquismo. Es
una ingenuidad perversa pensar que nuestra Constitución recuperó el Estado de Derecho de la República, perdido por el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936, La Transición sigue siendo La Gran Farsa.
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