sábado, 28 de enero de 2012

CIUDADANOS DE EUROPA ¿QUEREIS SOBREVIVIR?


Por Isidoro Gracia Plaza
Exdiputado


Releyendo algunos párrafos de la traducción de Tierno Galván del libro “El ciudadano y Leviatán”, de Hobbes, he encontrado algún motivo para el optimismo. Encontrar razones para el optimismo, en medio de todo lo que nos está sucediendo, no es un tema menor, y yo soy de los que creen que hay que buscarlo en las fuentes de la única herramienta que puede sacarnos del pozo de la actual crisis: La Política. El libro justifica la creación del Estado y la acumulación por este de un poder absoluto, que, ejercido con el consentimiento de la mayoría, y mediante un razonable uso de la fuerza, nos proteja del miedo respecto de los demás y de otros actores ajenos a la República: la religión, el extranjero, la guerra, etc. Según Hobbes el instrumento es válido si sustituye el terror por sumisión y respeto. Como otros grandes pensadores parte de un buen conocimiento de sus conciudadanos y vecinos: “el hombre es un animal esencialmente egoísta, y la fórmula primera y fundamental del egoísmo es la supervivencia”. Por ello si quien detenta el poder absoluto al ejercerlo en vez de evitar el miedo lo produce, por lo que ocasiona la destrucción del acuerdo de cesión de su libertad por parte del ciudadano, o si traspone los límites de lo necesario, se convierte en un poder superfluo y por lo tanto el ciudadano verá su supervivencia amenazada. Hoy el papel de Leviatán insaciable, que está poniendo en riesgo la misma supervivencia de los Estados, lo están ejerciendo los mercados y sus verdaderos dueños, los grandes especuladores y que han traspuesto los límites, al quitarnos buena parte de aquello que asegura nuestra supervivencia, como la educación y la sanidad públicas, o como nuestros recursos para el futuro, es más que evidente, en consecuencia el poder de los mercados ya es un poder superfluo que nos está llevando a una guerra de todos contra todos. Una vez que los legítimos representantes de los ciudadanos, los Gobiernos Democráticos, tomen conciencia de que su propia supervivencia ya es más que precaria, tendrán que reaccionar y si no quieren que el Leviatán acabe con todos ellos, y además devore a sus voluntarios súbditos, deberán ser ellos los que acaben con el Leviatán, bien embridándolo fuertemente con normas (tasas y altas exigencias legales) o bien acabando físicamente con él (convirtiendo en delictivo todo lo que se relacione con los paraísos fiscales y la especulación ilimitada). De ahí mi optimismo, después de ver caer uno tras otro los gobiernos legítimos que les precedieron, los actuales tomarán conciencia de su situación, en especial si nosotros los ciudadanos empezamos a defender, por todos los medios, nuestro derecho a la supervivencia en libertad.

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