miércoles, 1 de junio de 2011

EL FRANQUISMO GOZA DE BUENA SALUD

Que nadie se rasgue las vestiduras porque el Diccionario Biográfico Español editado por la Real Academia de la Historia, hable en términos casi aduladores de Francisco Franco, y cambie el sentido de la historia cuando atribuye la desaparición de la República a su propio desmoronamiento legal (expresión indigna de cualquier historiador). La R.A.H. es la punta del iceberg del franquismo que perdura. Hablemos claro y desenmascaremos a los franquistas con disfraces de demócratas y constitucionales. La Transición Española trajo un orden constitucional. No obstante, los políticos que fueron cómplices de la dictadura franquista y sus genuinos herederos, mantienen que la Constitución Española, no solamente les ha reconciliado con el pueblo español, sino que se niegan a condenar el genocidio llevado a cabo por el general Franco. En España es delito hacer apología del terrorismo. Pero sin embrago no está mal visto hacer permanente apología de la dictadura franquista. Desde Manuel Fraga, ministro estrella del generalísimo, hasta Esperanza Aguirre pasando por el ínclito Aznar, su vocación y sus hechos les delatan como fascistas de corte franquista. Todos ellos mantienen los mismos valores que el sátrapa que aplastó al pueblo hasta llegar a su lecho de muerte, y que éstos son sus fieles servidores. Los eternos valores son tres: 1º Rechazo frontal a la República; negando el exterminio planificado en el golpe de estado del 17 de julio de 1936. 2º Justificación de la Guerra Civil, como movimiento de salvación nacional, cuyo enfrentamiento fratricida, les llevó a justificar la dictadura. Y el 3º de los valores es ensalzar el caudillaje de Franco, asumiendo todos los poderes del estado, incluyendo el hacedor de reyes, por la gracia de Dios. El Partido popular sigue al pie de la letra el testamento franquista. Ningunean la existencia y legalidad de la II República; negándose a designar un día para su conmemoración (en esto les acompañan los socialistas). Para el PP la guerra fue la solución al caos republicano y urgía salvar la patria de los rojos bolcheviques, y por último, la dictadura sirvió para que los vencedores se repartieran España como botín de guerra. Con este planteamiento expresado por los conservadores españoles infinidad de veces, por activa o por pasiva, jamás condenarán la tiranía del general Franco. Esta mentalidad está infiltrada en los tres poderes del estado, por acción u omisión. Después de palpar esta ineludible realidad, lo que han escrito algunos de los venerables pseudo historiadores en el Diccionario Biográfico Español, apenas tiene importancia. Estas afirmaciones carentes de rigor histórico están avaladas por José María Aznar y toda la derecha y extrema derecha españolas. Después de 75 años la ideología franquista goza de muy buen salud.

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