lunes, 26 de diciembre de 2011

MINISTROS COMO DIOS MANDA Y POR LA GRACIA DE DIOS

Leyendo y escuchando lo que dicen en pocas palabras los nuevos miembros del Gobierno, se le ponen a uno los pelos de punta. Representan a la rancia España del pasado. De ninguna manera son homologables con la derecha europea. La vocación del Partido Popular siempre ha sido fosilizar la Constitución de 1978. Los avances indiscutibles que ha habido en derechos sociales, colocando a España en los primeros lugares del mundo, está en el punto de mira de los ministros. No solamente han sido los banqueros y los empresarios los que han desembarcado en el Gobierno, sino la religión en todas sus variantes: el Opus Dei, los Kikos, los obispos, los católicos nostálgicos y sobre todo la voluntad de seguir con el perverso status quo del contubernio del Estado con la Iglesia. Lejos de comportarse con el espíritu aconfesional de la Carta Magna, cambiarán leyes al dictado del episcopado español y del Vaticano. La legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo, la asignatura sobre la Educación para la Ciudadanía, el matrimonio entre personas sin discriminación sexual, la libertad sexual, la muerte digna… No solamente hemos perdido la independencia y la soberanía en el campo de la economía, sino que estamos en manos de los continuadores del nacionalcatolicismo. Que nadie se rasgue las vestiduras, volvemos al franquismo: capital, religión y orden público. Que no se haga ilusiones Rajoy, cuando se siente a la mesa de Merkel y Sarkosy, sólo le dejaran las migajas, no son lobos de su misma camada. Alemania impulsó la Reforma europea, Francia proclamó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, y España está con postulados del Medievo. Cuando concluya esta legislatura, en la España que deje el PP, la religión estará infiltrada en nuestra vida, aunque seamos agnósticos. Democracia Real ¡Ya!


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