domingo, 28 de agosto de 2011

EL FRANQUISMO ULTRACATÓLICO


Este breve testimonio constata la identidad histórica entre el franquismo y el Partido Popular:




jueves, 25 de agosto de 2011

ALFREDO PÉREZ RUBALCABA S.O.S.

Los ciudadanos venimos sufriendo en nuestras propias carnes la despiadada crisis financiera, provocada por los especuladores insaciables, banqueros usureros y la peor derecha posible. Es decir, reacia, terca, reincidente, obstinada y aferrada a una opinión y conducta manifiestamente insolidarias. En una palabra recalcitrante. No obstante, esta situación nos ha proporcionado una pedagogía que nos ha hecho descubrir las perversas reglas de los llamados mercados. Que no son más que las leyes del capital de toda la vida, de la explotación del hombre por el hombre y el imperio de la ley del más fuerte. Dentro de esta tempestad, el Gobierno va dando tumbos de sobresalto en sobresalto para agradar y aplacar la ira de los insaciables mercados. Teniendo en cuenta que el resto de los ejecutivos que constituyen la Unión Europea son conservadores, y lejos de remar en el sentido de la socialdemocracia, por el contrario, son cómplices de estos delincuentes de guante blanco: especuladores, usureros y banqueros no crean riqueza, más aún, asfixian el desarrollo. Ante este panorama y la decisión súbita de Zapatero de que el techo del déficit tenga rango constitucional; modificando con extrema urgencia la Carta Magna, aparentemente, al candidato socialista Alfredo Pérez Rubarcaba se ha colocado una mordaza a su programa. La improvisada coalición de Zapatero con Rajoy es en sí maligna para el pueblo español, por mucho que nos la quieran vender de salvación ante los mercados. No obstante, el propio Rubarcaba hace escasos días declaró que quien era el líder del PSOE era él, y como dueño de la dirección de la nave debe dar un golpe de timón. Pilotar las negociaciones para salvar la cara de Zapatero, pero debe propiciar un referéndum. Liderar el grupo de diputados y de senadores que tienen la llave de esta medida democrática y constitucional, que darían cuerpo a la reivindicación del movimiento DEMOCRACIA REAL YA, y de miles de españoles que ya lo estamos solicitando. De otro modo su liderazgo se tambalearía. Los ciudadanos acudirían a las urnas con un doble motivo: elegir el Congreso de los Diputados y participar en un referéndum que modificaría la Constitución. No hay duda que este doble motivo tiene doble poder de convocatoria. Habría de ganar los comicios la derecha porque la ley electoral le es propicia, pero con un marco constitucional más fuerte para defenderse de Europa. Negar el referéndum es traicionar a muchos españoles, socialistas, de izquierdas y los indignados. Supone atarse a la derecha para seguir sumisos a las directrices de la gobernanta Angela Merkel. Rubalcaba tiene el timón y la llave del 20-N. Es impensable para España un gobierno de extrema derecha con las manos atadas por la misma Constitución, para hacer posible el Estado del Bienestar. Rubalcaba debe hacer frente, no solamente a la Iglesia histórica, sino a la derecha y al capital especulativo. Los tres enemigos del progreso.

martes, 23 de agosto de 2011

LA ESPAÑA CATÓLICA APOSTÓLICA Y ROMANA

La vergüenza nacional

El espectáculo que los seguidores de Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, dieron en la plaza de Cibeles en Madrid, es un escándalo para los demócratas laicos. La asamblea mística se llevó a cabo con la complicidad de Gallardón, alcalde de Madrid, y la aquiescencia del Gobierno. La puesta en escena de este iluminado personaje obedece a la clara estrategia de hacer prevalecer en la España del siglo XXI, el nacionalcatolicismo que gozó de excelente salud con la dictadura de Franco. No obstante, la paranoia de Cuatro Vientos, la toma de Madrid por parte de los oriundos del mundo católico, no puede hacernos perder el norte y abandonar la idea de hacer un análisis del problema religioso. Problema aún sin resolver en nuestro país, a pesar de la Constitución de 1978. En una primera lectura es evidente observar que las fuerzas vivas de la católica España, no aceptan que nuestra sociedad haya perdió peso específico en lo relativo a la religión. La derecha heredera del franquismo y la Iglesia desean perpetuar una alianza que beneficie a ambas. Y la izquierda ha practicado un talante pusilánime cediendo terreno en detrimento del espíritu constitucional. No obstante, esta primera lectura no es suficiente para que los jóvenes del siglo XXI comprendan el porqué de estas exhibiciones medievales, en un contexto europeo laico y de progreso. El tejido social que ha nutrido estos encuentros mundiales de la juventud, de ninguna manera ha sido una representación de los más desfavorecidos. Más aún, quienes estaban a la cabeza de estas emotivas y fervorosas manifestaciones, eran los representantes del poder económico, eclesiástico, mediático y político. Los destinatarios de las Bienaventuranzas del siglo XXI no estaban en las JMJ.

Para mejor comprender los acontecimientos de Madrid, es menester analizar sus orígenes, aunque este planteamiento por diversos motivos a pocos nos interesa escudriñar. La puesta en escena de Cuatro Vientos, una mezcla de auto sacramental de Calderón y de esperpento de Valle Inclán, presentaba los mismos personajes que la tragedia que comenzó a escribirse en España en la fatídica tarde del 17 de julio de 1936. El estudio de los eslabones de esta funesta cadena, sólo interesa a las víctimas. Pero es preciso recordarla para luchar contra la amnesia que sólo beneficia a los verdugos y vencedores.

Efectivamente, aquel 17 de julio de 1936, un pronunciamiento militar planificó un genocidio para borrar del mapa toda huella de la República. Aquellos personajes que llevaron a cabo tan ignominiosa tragedia, representaban las mismas instituciones que brillaron con luz propio en los eventos de Madrid. Los franquistas que constituyeron un conglomerado de generales, falangistas, caciques y monárquicos, hoy representados de pleno derecho por el Partido Popular. Otro grupo de personajes imprescindibles en estos eventos, han sido los dignos representantes de las empresas del Ibex-35, financieros del evento. Empresas que han aprovechado la ocasión para hacer publicidad en la vestimenta de voluntarios y peregrinos. En el año 36 el capital apostó por financiar el enfrentamiento fratricida. Y desde el primer momento la Iglesia fue cómplice, tomando parte activa de aquel exterminio. Como premio gestionó la vida de los españoles como botín de guerra implantando el nacionalcatolicismo a través de un estado confesional. Como se puede constatar las mismas instituciones con los mismos personajes, actuaron en la dictadura y en la democracia. En el 36 los militares, la Iglesia, los falangistas (versión fascista de España), el capital y los caciques. Hoy estaban en el evento trasnochado la derecha franquista aglutinada en el Partido Popular, la Iglesia, el capital y el empresariado más recalcitrante. Todos constituyen la gran farsa de presentarse como demócratas y defensores de la Constitución. Sin dejar de mencionar que si bien el Rey, obviamente no participó en los execrables hechos del 36, su padre, sí se opuso a la República y hasta deseó luchar activamente contra ella.

Los medios públicos y privados, salvo honrosas excepciones, no han pasado de la mera noticia complaciente. Es natural que la prensa, radio y televisión, estén en línea de connivencia, porque son negocios y sus empleados están a su servicio. Es el cuarto poder. La libertad de expresión y el derecho a la información, son otra cuestión. Durante esta semana, desoladora para la democracia y la sociedad civil y laica, ninguna institución del Estado ha defendido el espíritu laico de la Constitución. Yo conozco muy bien la teología de Kiko Argüello, porque en los años sesenta fui de los suyos; recibiendo no pocas veces sus espavientos y abrazos, y ahora es capaz de paralizar una capital como Madrid firmando furtivos acuerdos de sacristía. Días antes yo había sido testigo de cómo una fila de policías de forma instantánea desenvainaban sus porras cual guerreros espadachines y apaleaban a un ciudadano, lejos de Sol cuando la cabecera de la manifestación laica aún no había llegado al metro de Sevilla. Mientras, los peregrinos extranjeros se enfrentaban a los laicos españoles, para defender a un monarca medieval, de un estado que no existe y que desea seguir dominado sus conciencias. Después de estos aciagos días para la libertad y el laicismo, algo huele a podrido en las cloacas del poder en la España católica y democrática.

domingo, 21 de agosto de 2011

EL ÉXTASIS

Yo me considero uno de los privilegiados para comprender los comportamientos y manifestaciones que la JMJ nos ha brindado durante toda la semana. Pero desde hace muchos años que me he reconciliado con el humanismo más racional, me siento incapaz de poner texto a estas imágenes tan elocuentes en sí mismas. A pesar de las reprimendas del Papa despreciando como perverso toda manifestación sexual, que no vaya encaminada a traer hijos al mundo, la puesta en escena de Cuatro Vientos, quizás por el calor, ha estado llena de sensualidad, de éxtasis y hasta el erotismo del poder se ha hecho presente.

Reportaje completo:

EL ÉXTASIS

UNA VEZ MÁS EL GOBIERNO SE BAJA LOS PANTALONES, CON PERDÓN

La postura timorata del Gobierno, pidiendo aquiescencia a la Iglesia para dar una solución al Valle de los Caídos, es la prueba de la pérdida de papeles y la sumisión del Estado a la Iglesia. Este siniestro lugar fue mandado construir por el dictador más sanguinario, en memoria al triunfo aplastante sobre la República y los que la defendieron. Como no podía ser de otro modo, albergó en esta nefasta caverna a un cenobio benedictino. Evidentemente sus crímenes hicieron propietarios de este lugar a: Franco y su ejército, a la Falange y el Movimiento Nacional, y a la Iglesia que bendijo la masacre como Santa Cruzada. Y de hecho han exhibido su legítima propiedad día tras día. El Gobierno no está legitimado para acordar con la Iglesia nada de espaldas al pueblo. La necrópolis que sepulta la montaña de Cuelgamuros es del Estado. La abadía es patrimonio del Estado como el monasterio de El Escorial, y la basílica es también del Estado y además tienen algo que decir los familiares de los republicanos y nacionales que están ahí sepultados con su consentimiento o sin él. La Constitución no autoriza al Gobierno a negociar en régimen de igualdad a la Iglesia y al Estado. Toda concesión a la Iglesia aleja la reconciliación entre las dos españas. Ya son demasiadas brechas abiertas: Franquistas y sus víctimas, republicanos y nacionales, derechas e izquierdas, ricos y pobres, familia cristiana y las otras familias, el 15-M y el 20-N y ahora católicos y laicos. El comportamiento del Gobierno es una buena forma de fosilizar la Constitución, sin resolver sus exigencias.


viernes, 19 de agosto de 2011

DEDICADO A ESPERANZA AGUIRRE

Esta excelsa dama ha tenido a bien dictar una de sus lecciones magistrales, fruto de ser una ilustrada liberal de toda la vida:La igualdad, la dignidad y la libertad "las ha traído el cristianismo".La doctrina de Cristo prostituida por la Iglesia es lo que Aguirre llama cristianismo.Es difícil superar la ilustración perversa de la lideresa de Madrid.

Poema Grito Hacia Roma.

De Federico García Lorca

Manzanas levemente heridas por finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
Peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
Y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas. Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elegantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán. Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas. Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios. Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los
directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.

jueves, 18 de agosto de 2011

YO ESTUVE EN LA MANIFESTACIÓN 17/08/2011

Yo estuve en la manifestación del 17 de agosto de 2011, para protestar por el uso que de mis impuestos hace un gobierno democrático en un estado aconfesional. Hice el recorrido de Tirso de Molina a Sol, Alcalá, Sevilla, Canalejas, Cruz, Benavente para llegar a Tirso de Molina de nuevo, durante la hora anterior a la salida de la cabecera de la marcha, que salía por la estrecha calle del Doctor Cortezo. De las seis y media a las siete y media de la tarde, ya el centro de Madrid estaba "ocupado" por los turistas-peregrinos; guiados por sus "voluntarios". No era necesario ser profeta para observar lo que podía pasar. La organización de JMJ no incluyó en la hoja de ruta de los visitantes, que en Madrid se había convocado un manifestación que defendía una postura laica tan respetable como la católica. Tampoco los guías tuvieron esa sensibilidad. Cuando comenzó a caminar la cabecera de la manifestación por la calle del Doctor Cortezo, el acceso a la plaza Jacinto Benavente ya era intransitable. Yo hice el recorrido de la marcha en paralelo moviéndome por calles paralelas, y pude conocer la llegada a Sol, donde la policía hizo hueco para que la manifestación entrara en la calle Alcalá. Yo me adelanté hacia Sevilla por la carrera de San Jerónino, para ver la llagada al metro de Sevilla. A la altura del Casino de Madrid, junto a la entrada del aparcamiento subterráneo, sin que nada se viera de desorden, los policías desenfundaron las largas porras y comenzaron la carga, a unos cinco metro de donde me encontraba viendo la llagada de la cabecera. A todas luces sin ninguna justificación. Sentí que el tiempo se había detenido en los años sesenta y hasta les vi vestidos de gris, en lugar del azul de la actualidad. Huyendo hacia Sol en sentido contrario a la marcha de la cabecera de la manifestación, a duras penas entre en Sol. El choque entre turistas-peregrinos y laicistas estaba servido, tan y como se había intuido tan solo una hora antes. Pude comprobar que los JMJ habían tomado parte en el encuentro posicionándose a la defensiva y al ataque. Una exhibición de las dos eternas "españas", con sus aliados internacionales. Mientras los enfrentamientos de Sol seguían la crónica de la muerte anunciada, traté de volver a la plaza de Banavente, donde pude sorprenderme que la manifestación lejos de abandonar Tirso de Molina, aún no había entrado en la calle Carretas. Es decir que, no sólo estaba "tomada" Sol, sino que el circuito establecido estaba en punto muerto. La prensa ha dado debida cuenta de los resultados del final de la jornada, pero yo viví mi propia crónica y saco mis propias conclusiones. El Gobierno ha pretendido servir a dos señores a la vez: Justificar su apoyo al viaje de Benedicto XVI, en aras de una oportunidad de negocio, de imagen, de evento turístico y de repercusión mundial, y por otro lado, no ha podido rechazar la manifestación laica por ser legal. Ante esta disyuntiva el Gobierno ha navegado en la ambigüedad. En Sol se respiraba el nacionalcatolismo y aquello que vimos muchos ciudadanos una hora antes, la policía no lo quiso ver. Se palpaba la tensión en el ambiente y las fuerzas de seguridad buscaron y lo encontraron los motivos de la carga, en el enfrentamiento de los dos grupos: católicos y laicos. Era evidente que quienes no tenían permiso para manifestarse eran los católicos, sólo les asistía el derecho a la libre circulación ¿Quién provocó a quién? Los católicos, la mayoría de ellos extranjeros, tan pronto como vieron en la manifestación una postura contraria a la suya, se sintieron aludidos y decidieron defender al papa, como si se de una ofensa hacia el pontífice se tratara. Pero quiero resaltar el peligro que hay en la ambigüedad del Gobierno a la hora de coordinar a la policía. Hoy se ha visto la contundencia del PP diciendo que se debía haber prohibido al manifestación laica y la ambigüedad pusilánime del Gobierno, justificando la autorización porque no se podía prohibir un derecho constitucional. Marcando una equidistancia perversa entre los dos colectivos: católicos y laicos. Es la consecuencia de la docilidad de la España democrática. Que se doblega y rinde pleitesía a una institución que no respeta la democracia laica.