viernes, 11 de febrero de 2011

EL CINISMO DE OBAMA Y SUS ALIADOS


La seguridad estratégica de la región, la diplomacia y la aparente no injerencia en la política de otros países, han encubierto la perversión de regímenes dictatoriales y la conducta de tiranos que han sembrado el terror, en todo el norte de África y el Oriente Medio. Todos sin excepción, incluyendo a Israel, han mantenido gobiernos fanáticos, despóticos, corruptos y tiránicos con sus respectivos pueblos. Ahora que se han consumado las revoluciones de Túnez y Egipto, los políticos de EEUU y de la UE, con Obama a la cabeza, se ven atrapados en su propia hipocresía. Todos hacen votos para que se cumpla la voluntad del pueblo largamente masacrado, pero con una transición a su gusto. El cinismo de Obama se ha atrevido a decir que, ahora, el ejército de egipcio suspenda las leyes de excepción con las cuales el sátrapa de Mubarak, tenía aterrorizado a su pueblo durante 30 años. Pero oculta que el ejército que ahora ha salvado al pueblo egipcio, no se prestará a mantener la tiranía de Israel sobre el pueblo palestino. Todos estos políticos tienen terror al cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en los países oprimidos. En virtud de la estabilidad que mantenga sus privilegios y en defensa de sus intereses. Tienen pánico a la democracia. No quieren que democráticamente surja un Hamás, cuyo único delito ha sido resistirse y luchar contra la invasión de Israel en 1967, aunque para Israel y el resto del mundo se trate de una organización terrorista. El cinismo de todos los mandatarios europeos, que hasta hoy mantienen arropadas a las dictaduras africanas, le quita credibilidad a la hora de pronunciarse sobre los éxitos del pueblo sobre sus verdugos. En el caso de España, es flagrante la hipocresía que el Gobierno mantiene con Marruecos, frete a la opresión del pueblo saharaui. Cuando cae el dictador, se reconoce al pueblo la dignidad y la libertad, pero hasta ese momento son cómplices de las atrocidades cometidas. Si las dictaduras de esta franja geográfica van cayendo, como corresponde al deseo de todo ciudadano que asume la Declaración Universal de Derechos Humanos, yo exijo a Zapatero y a su ministra de Asunto Exteriores, que no espere la caída del régimen despótico de Marruecos, para reivindicar los derechos de los saharauis. Hay que felicitar a los pueblos tunecino y egipcio, que hayan rechazado una transición a la española. En el futuro no pagarán las consecuencias de una herida cerrada en falso.


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