domingo, 6 de febrero de 2011

LA JORNADA MUNDIAL CONTRA LA ABLACIÓN


En España la celebración de la jornada de lucha contra la ablación, pasa desapercibida. Es algo que puede suceder dentro de nuestra geografía pero pertenece a culturas ancestrales y lejos de nuestros problemas cotidianos. Además tiene una componente sexual, religiosa y machista, que nos hace cínicamente mirar a otro lado. La componente sexual, porque la ablación supone mutilar a una mujer su derecho a la libertad sexual. La componente religiosa, porque dentro de la tradición judeocristiana, el sexo solamente tiene la misión de la procreación y el masacrar a una niña su placer sexual futuro, no evita que pueda ser madre. Y la componente machista, porque arrebatandole la capacidad de gozar, el hombre se garantiza la propiedad que ejerce sobre la mujer, y si cohabita con otro hombre está condenada a ser elemento pasivo y el machista se siente menos deshonrado. El colmo del machismo lo muestra la Iglesia en la marginación de la mujer. Su modelo lo tiene en la Virgen María. La literatura bíblica le otorga la misión de ser madre, sin intervención de un varón. Y la interpretación de estos hechos por la clase sacerdotal, es que permaneció siendo virgen, porque el sexo no es un valor positivo. Y hasta nuestros días en sectores religiosos, naturalmente conservadores, la mujer está en la sociedad para ser madre y cuidar de la prole. Jamás la jerarquía religiosa tendrá entre sus objetivos condenar la ablación. Pero tampoco está en los seguidores de la Iglesia y de la derecha, porque por naturaleza tienen sus raíces en estos planteamientos represores de la libertad sexual: Organizando mítines-misas en contra de la libertad sexual en todas sus formas. Sexualidad fuera del matrimonio canónico; prohibiendo el control de la natalidad en todas sus formas; rechazando el derecho a formar matrimonios entre personas del mismo sexo, ya que el amor no distingue a los seres humanos y rechazando el derecho de la mujer a la libertad de interrumpir su embarazo. Sin embargo la ablación no está tipificada como pecado y mucho menos como delito en su decálogo. Se trata de una mutilación que no la evita ser madre, mientras sí es condenable que un hombre se ponga un condón para evitar la transmisión del SIDA, o simplemente no desea tener un hijo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario