domingo, 2 de enero de 2011

EN LA MONCLOA PERO HARTO DE TILA

Las obsesiones de ciertos medios de comunicación añorantes del cuarto poder, con el presunto dilema de Zapatero, si seguir o abandonar, se acerca a la paranoia y se aleja del periodismo serio, presuntamente independiente y objetivo. Agotadas las especulaciones cercanas a La Moncloa o a Ferraz y jugando a dominar y gestionar los tiempos de la agenda del presidente, es preciso echar mano de las encuestas. Y éstas constatan la voluntad de ciertos periodistas de coincidir con su deseo, y entonces confirman que está quemado. ¡Malos tiempos les augura el futuro a estos falsos profetas! Cada vez son menos poder fáctico. Cada día sientan menos cátedra, pontifican menos. Pretenden confundir a la opinión pública, como si la gente ahora no tuviera elaborada una opinión con muchos más canales de información que los suyos. Zapatero se ha comprometido con España y hará lo que sea menester y le cueste lo que le cueste, hasta el final de la legislatura. Zapatero lo cumplirá. Bien es verdad que hoy se siembra la idea de que está achicharrado hasta los ojos y si llega a las elecciones municipales y autonómicas, que a su vez, tendrán incidencia irremediable sobre las generales, en bien de España, no solamente debe dimitir ya, sino que ha de abrirse un proceso de primarias para buscar un nuevo líder para llevar al PSOE, no la Moncloa, sino a las elecciones de 2012. Quien así piensa sólo le interesa el bien de los españoles y que la crisis se supere. Pero sólo la ingenuidad mal intencionada puede mantener esta tesis. Lo que realmente sería una irresponsabilidad supina, sería dejar en manos de los populares, un país inmerso en una crisis globalizada, a un gobierno neoliberal en lo económico y de extrema derecha en los social, político y religioso. Cuando el periodismo se constituye en cuarto poder, no puede disimular qué línea editorial mantiene. Es verdad, que presentan una apariencia de no controlar los tiempos, pero en realidad saben que más de un año en política y con este panorama, la victoria del PP tan cacareada por las encuestas y los heraldos conservadores, puede ser menos victoriosa. Faltan dos cursos políticos y lo que es más importante, dos presupuesto generales. Llevar a cabo los de 2011 y sacar a delante los de 2012. Y aquí hay mucha tela que cortar. Los mínimos datos económicos en positivo, tanto en el crecimiento como en disminución del paro, podrían muy nervioso a Rajoy. Es posible que después de todo llegara a la Moncloa pero harto de tila. Pedro Taracena Gil

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