martes, 18 de enero de 2011

TÚNEZ, TRANSICIÓN A LA ESPAÑOLA


La huída del dictador Ben Alí, dejando 78 muertos, victimas de su sanguinaria represión, son premisas suficientes como para determinar que lo que se está produciendo en Túnez, es una auténtica revolución. El primer paso que se ha dado de nombrar presidente del país, al presidente del Parlamento, es un paso jurídicamente correcto, pero mantener como primer ministro a Mohamed Ghanuchi, es empezar la transición de la dictadura a la democracia, de la peor forma posible. Poner la Transición Española como modelo a seguir es cometer los mismos errores. Construir con los mismos escombros de una dictadura, una democracia, es construir un engaño que a la larga se paga con una imposible reconciliación nacional perpetua. El régimen de Ben Alí, igual que el régimen de Franco, una vez desaparecidos los dictadores, sus seguidores y sus estructuras políticas de represión, pasan a manos de falsos conversos, como Ghanuchi en Túnez y Arias Navarro y Adolfo Suárez en España. Las consecuencias de la experiencia española la estamos pagando ahora; La derecha heredera de la dictadura, sigue sin condenar el franquismo y aún no han asumido el espíritu constitucional. De la Memoria Histórica son unos detractores y negacioncitas. Mientras Alemania asumió su pasado, los neonazis son ilegales y negar el holocausto es delito. En Portugal, La Revolución de los Claveles, borró del mapa la dictadura y en Grecia un referéndum sepultó la monarquía, y proclamó la república. Volviendo a Túnez la amnistía anunciada, la supresión de la censura, la libertad de los presos políticos, el regreso de los exiliados, y el anuncio de elecciones libres constitucionales con participación de todos, son inviables con un primer ministro que lo ha sido de la dictadura y con ministros que ocupan las mismas carteras que administraron los desmanes del sátrapa fugado. Y sobre todo con las fuerzas afines y cómplices de la tiranía; manchando las calles de sangre y provocando disturbios que impidan que la libertad y la democracia lleguen a la nación magrebí. La Transición Española solamente es modélica para aquellos que no tuvieron que ceder en nada, pero para los que aún están esperando que los crímenes del franquismo dejen de estar impunes, no. Túnez de hecho tiene una revolución cruenta e inconclusa. Setenta y ocho muertos y el dictador en un exilio de oro; dejando a los herederos de su legado; recomponiendo la transición a la española, es una temeridad. La Historia nos dice que las revoluciones se han hecho para cambiar las cosas y los tiranos y sus seguidores no están legitimados para ejercer el poder. Los verdugos junto a sus víctimas, jamás han podido crear una nueva convivencia, porque sus crímenes no prescriben jamás.

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