Las conductas perversas de los Murdoch, propietarios de News Corporation, están escandalizando a británicos, norteamericanos y europeos. Pero no deja de ser una postura llena de hipocresía. Este grupo tomaba parte del perverso cuarto poder. Este poder en la sombra viene existiendo en todo el mundo. Es un poder mediático que trabaja en doble sentido: Pretende dominar las agendas de los gobiernos, bajo la falacia del periodismo de investigación, y los poderes públicos encuentran en este cuarto poder, su polea de transmisión para divulgar sus motivaciones ideológicas. Su connivencia. En el caso británico y estadounidense, ha sido de tal magnitud que el cuarto poder, ha saltado por los aires, por ahora. Pero lejos de hacer caer al gobierno de turno, el cuarto poder resurgirá como el Ave Fénix. Toma parte del tejido perverso de las democracias occidentales. En España sin llegar a estos extremos el cuarto poder, goza de buena salud. Desde el siglo XX hasta nuestros días, los medios de comunicación, con nombre y apellidos, también, se han constituido como grupos de presión. Diarios como ABC han estado siempre del lado de las monarquías absolutistas, las dictaduras y ahora bajo la piel de la democracia, está al servicio de las fuerzas conservadoras. Su objetivo no es informar, es mantener el maridaje entre el Partido Popular y sus mutuos intereses con las oligarquías económicas y eclesiásticas. Al PP le han seguido La Razón, La Gaceta y la Cope. Todos ellos lejos de condenar el franquismo cobijan en su seno a sus partidarios. La alianza entre el cuarto poder y el Ejecutivo tuvo su momento de esplendor con la alianza entre El País y el gobierno socialista. El tándem mantenido entre Cebrián y González fue patente en todo el periodo de los gobiernos socialistas; dando fe de ello en un libro escrito por ambos. Para cualquier observador poco avezado, todo esto es nefasto para la independencia, la democracia y el derecho a la información. El Mundo, sin embrago, es el gran resentido contra el felipismo, donde aún mantiene ese línea de difícil flotación de la permanente conspiración. El cambio de dueño del grupo Prisa y su internacionalización, ha venido a confirmar su dependencia al cuarto poder globalizado; perdiendo su hegemonía hispana. En el caso de Prisa es un auténtico escándalo que el negocio de la prostitución, esté vetado en todos los foros y tertulias del antiguo imperio Polanco. Su enfermiza y perversa tendencia del cuarto poder, le lleva a confundir la libertad de información con el titular de la noticia exclusiva y en primicia. Ha olvidado que la información que demanda como derecho el ciudadano, no es dominar la agenda del Gobierno. Mientras, las redes sociales y las nuevas tecnologías, les están llevando a una decadencia manifiesta. Su preparación para contar lo que está pasando está totalmente desfasada. Los periodistas están sujetos en todos los países a la dudosa independencia de los medios, y les está vetada la autocrítica. Además el cuarto poder en España, por acción u omisión, está anclado en el franquismo. Camuflado en la Transición y en la misma Constitución Española. El movimiento 15-M es un jaque a la débil democracia y a los poderes del Estado, incluyendo al cuarto poder. Hoy los grandes eventos no los dan a conocer los medios clásicos, léase la tragedia de Noruega. Prensa independiente pero de quién y de qué…
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