martes, 12 de julio de 2011

QUIEBRA DEL CUARTO PODER

La caída de un periódico más que centenario por el hecho de haber escapado hasta ahora a todo control; moral, ético, político y democrático, es grave y supone un jaque mate al cuarto poder. Pero la perversión de este medio no está aislada del resto del sistema. Los tres poderes del Estado, tienen sus controles y el cuarto poder goza de inmunidad. No obstante, los medios han servido los intereses, sobre todo, del poder ejecutivo cuando es del mismo signo. Ahora se ha visto claro en el Reino Unido. En España el maridaje entre El País y PSOE, en la época de Felipe González y Juan Luis Cebrián, quedó más que patente. El gran objetivo de los medios, no es informar, es gestionar la agenda del gobierno de turno. Internet, las redes sociales y los medios digitales, están marcado el rumbo de una prensa en transformación, pero no está tomando conciencia de su propia caducidad. En nuestro país queda un reducido número de periodistas en el Congreso de Diputados y en el Consejo de Ministros, siempre los mismos y nada jóvenes, que se limitan a preguntar al político de turno lo que le ordena el medio que les paga. Totalmente desconectados de los intereses del ciudadano. Para estos caducos periodistas, ahora en estos días, sólo les interesa cuándo convocará zapatero las elecciones generales. Buscan esta noticia como primicia y si puede ser exclusiva mejor. Si estos veteranos periodistas, apenas especialistas en algo, intervienen en una tertulia, su opinión en nada se diferencia de la mantenida en una tertulias de amigos o compañeros de trabajo. Sus fuentes de información son las del ciudadano medio. Y sus opiniones están sirviendo los intereses del medio que queda rubricado en la parte inferior de la pantalla. Su independencia y libertad es dudosa. No se ven caras nuevas en el periodismo español. El cierre de la CNN fue el desmantelamiento del periodismo de la información en España, de la peor manera posible, porque han pagado justos por pecadores. Hoy el ciudadano no necesita la prensa clásica. Los periódicos digitales, las redes sociales, los blogs particulares y las nuevas redes de comunicación, han hecho de cada internauta un fotoperiodista. La divulgación de los eventos de las revoluciones en el norte de África y el movimiento del 15-M, han funcionado al margen de los medios de comunicación clásicos y desfasados. El derecho a la información trasparente y veraz, no se está garantizando por los medios que ostentan el cuarto poder. Son los medios virtuales los que escudriñan los lugares, donde la ignorancia de los perversos gobernantes no llega. Todo esto es una buena noticia para el demócrata contribuyente. Los periodistas en paro deben de reconvertirse porque pertenecen a una burbuja que una vez pinchada, ya no volverá. Y la reconversión comienza por las escuelas de periodismo y las facultades de ciencias de la información. Esta Crisis cuantitativamente es menor que la del ladrillo, pero cualitativamente es similar. Es triste contemplar aún hoy, que los periodistas nostálgicos del cuarto poder, siguen obsesionados con la fecha de la disolución del Congreso de los Diputados. Como si fuera la primicia exclusiva más importante para el pueblo español ¡Qué pena!


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